Publico la carta que
acaba de llegarme, con expreso permiso de su autor.
Que no te la cuenten…
P.
Javier Olivera Ravasi[1]
Desenmascarando al Pelao
Por
el P. Jorge Alejandro Díaz
No puede haber mejor
exordio que Jorge Luis Borges para comenzar estas líneas:
“…No
se aflija en la memoria
de
los tiempos venideros
también
nosotros seremos
los
tauras y los primeros
El
ruin será generoso
y
el flojo será valiente
No
hay cosa como la muerte
Para
mejorar la gente…”
Sin duda la repentina
muerte de Angelelli ha mejorado su performance ¡escándalo! dentro de la
Iglesia…
Porque que el prelado haya sido héroe de agnósticos,
marxistas, enemigos de todo lo bueno… ¿qué podría afectarnos? Pero cuando
se lo propone como modelo intraeclesial señal es que tocamos fondo.
Así que mientras la
Exposición del libro “católico” (?)
de La Plata se apresta a presentar la imagen del “buen pastor” Angelelli, me pareció oportuno “deshomenajearlo” presentando la realidad: “el mal pastor Angelelli”.
No me interesa
plantear el tema de si lo mataron o murió en accidente: es más que claro lo
segundo.
“Que Angelelli descanse en paz,
si es que a Dios, como decía Anzoátegui, le gusta a veces empeñarse a fondo.
Que su accidente sea interpretado
como quiera por los que no creen en los castigos de la Providencia, que la
justicia pruebe y castigue si ha habido falta de cualquier índole; lo que no se puede tolerar es que se
pretenda presentar con ribetes heroicos y cristianos una actuación que estuvo
signada por la apostasía y el connubio con el marxismo, un ministerio que
no sirvió a la Cruz ni a la Patria sino a los agentes de su demolición.
El
obispo era declaradamente tercermundista;
el tercermundismo era declaradamente socio de la guerrilla, Angelelli privó a
la población de la asistencia espiritual, pero invadió La Rioja de militantes
del ERP, montoneros y agentes de la subversión cultural.
Angelelli llevó a su diócesis a
sacerdotes expulsos, suspendidos y renegados, protegió a otros implicados en
tenencias de explosivos y capellanías de campamentos terroristas, se rodeó de
curas marxistas: Danielian, Puigjané, Paoli, Hueyo, Raolini, Gill, persiguió a
sacerdotes cabales como el Padre Ferreira, castigó inquisitorialmente a los
laicos que se opusieron a sus planes, amparó a religiosas implicadas en tareas
subversivas, maldijo —literalmente— a las comunidades que le volvieron la
espalda y les negó los servicios
sagrados, se entrevistó con Santucho no precisamente para llevarle el Santo
Viático, recibió el apoyo de cuanta entidad izquierdista contaba con poder o
propaganda, fue cómplice por encubrimiento y/o auxilio de operaciones
insurreccionales, y en la guerra de la Patria contra el Marxismo, estuvo del
lado de los invasores; estuvo del lado de los asesinos de Cristo; estuvo del costado materialista y ateo.
Entre tanto, los verdaderos
mártires de Cristo, los verdaderos profetas y maestros de la Catolicidad
argentina, siguen desconocidos y ausentes de los homenajes públicos. Tampoco
los necesitan. Desde la diestra del Padre aguardan impasibles, el momento de
celebrar con nosotros la Victoria.” (Alonso Quijano)
Si analizamos los
nombres y apellidos de los que tratan de imponer la imagen de un Angelelli
mártir, veremos que son los mismos que figuran como propagandistas de la
cultura de la muerte, la contranatura, la pornografía, el reparto de
preservativos a niños, la anulación de la patria potestad, el abolicionismo
penal, el relativismo y el ateísmo militante y, en su momento, la violencia
armada asesina.
La averiguación es
sencilla y está al alcance de todos: basta con “googlear”: “Angelelli” y
allí verán qué “nenes” son los que
reivindican su impronta y cuáles son y de que talla las “virtudes” que le reconocen.
Ya es hora
que nos sinceremos y dejemos de hacernos los distraídos…
no sea cosa que terminemos colaborando con el Maligno.
“¿Por
qué no entendéis lo que digo? Porque no podéis oír mi palabra. Sois de vuestro
padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El fue un homicida
desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en
él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y
el padre de la mentira…” (Jn. 8, 43-44)
Jorge
Alejandro Díaz
Sacerdote – Párroco
de Santa Ana – La Plata
4 de Octubre de 201
[1] Javier Olivera Ravasi (1977),
sacerdote. Abogado por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Profesor
universitario en Ciencias Jurídicas y Sociales (UNC), doctor en Filosofía
(Pontificia Universitá Lateranense, Roma) y doctor en Historia (UNC). Se
desempeña dictando materias y conferencias en el ámbito de la Filosofía, las
Lenguas Clásicas y la Historia.
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