"Hay
que abrir las llagas y
heridas para poder curarlas".
Lutero
heridas para poder curarlas".
Lutero
La Diputada Margarita
Stobizer acusó al Gobierno de estar detrás de la notoria disminución en la
velocidad de los procesos por corrupción que involucran a Cristina Elizabet
Fernández y a sus principales testaferros; atribuyó la causa al razonable
interés de Cambiemos en tenerla como contendiente en las elecciones
legislativas del próximo año, ya que su sola presencia actúa como factor divisor
del peronismo.
No coincido con ella;
creo que Mauricio Macri ha hecho (sea por propia vocación, sea por la
vigilancia que ejerce Lilita Carrió) que el Poder Ejecutivo deje de inmiscuirse
en el comportamiento de la Justicia federal, rompiendo así una tradición que
viene de muy lejos. Así, los magistrados que tienen su asiento en Comodoro Py
han quedado en total libertad de acción, algo que los ha sumido en un profundo
desconcierto.
Muchos organismos de
la actual administración han formulado fuertes denuncias frente a las
innumerables irregularidades que sus nuevos responsables siguen encontrando
todos los días; el kirchnerismo no dejó lugar, por pequeño que fuera, sin
apropiarse de todos los recursos posibles, y los autores de tantos desaguisados
se cuentan por docenas.
Sin embargo, y pese a
que varias de las causas ameritan el dictado de prisiones preventivas, hoy sólo
están en la cárcel cuatro de ellos: Ricardo Jaime, Lázaro Báez, Omar "Caballo" Suárez y José López,
y este último sólo fue detenido cuando se lo descubrió arrojando fortunas en
efectivo. En cambio Boudou, Echegaray, Moreno, Sabbatella, los Zacarías,
Oyarbide, De Vido, Anímal Fernández, Capaccioli, Cristóbal López, Spolsky,
Garfunkel, Scioli, Baratta, Cámeron, Mariotto, Berni, los hijos de Báez, el
jardinero y los ex secretarios privados de Cristina, Di Cesare, D'Elía, Máximo
y Florencia, Andrea del Boca, Vandervroele, Ulloa Igor, Zannini, Capitanich,
Mariotto, Abal Medina, Vanoli, Sbatella, Paladino, Schiavi, De Pedro, Granero,
Tomada, Daura, Reposo, Milani, Picolotti y muchísimos más, siguen gozando de
una inexplicable libertad.
Por mi parte, debito
el visible enfriamiento en la marcha de los procesos por corrupción de la
cuenta de los propios jueces, a quienes consideraba las mejores "narices" de la Argentina.
Dado que su actitud tiene la ventaja adicional de resultar funcional al
presunto interés de la Casa Rosada, y como hacen los empresarios locales, que
demoran sus inversiones hasta ver si el Gobierno gana las elecciones del año
que viene, los magistrados quieren tener la certeza de que sus antiguos
patrones han sido enviados, definitivamente, al basurero de la historia. Se
equivocan, y olvidan así que la temporaria impunidad que parecen estar
ofreciendo a estos verdaderos genocidas (el régimen kirchnerista, al saquear
tantos fondos públicos, ha exterminado por hambre e insalubridad a los más
pobres) está reñida con la gobernabilidad, y ponen así sus propias cabezas en
juego.
La ciudadanía debería
autoconvocarse frente a la sede del Consejo de la Magistratura para exigirle
urgentes resultados en las auditorías ordenadas a los juzgados federales para
determinar cómo han sido llevadas las causas por corrupción y, sobre todo, para
obligarlos a resolver rápidamente.
Los retrógrados y
politizados sindicatos que nuclean a los "trabajadores
de la educación" -antes se llamaban "maestros"-, todos ellos fanáticos kirchneristas,
mantuvieron posiciones beligerantemente opuestas a la evaluación del
aprendizaje de los alumnos de todo el país, indispensable para corregir sus
defectos, y hasta fueron apoyados por algunos padres extraviados. Los
argumentos utilizados para la crítica hubieran resultado risibles, si no fuera
porque está en juego el futuro de sus víctimas; al mejor estilo de Kiciloff,
cuando dijo que medir la pobreza era "estigmatizante",
quienes debieran enseñar se niegan a que toda la sociedad se entere de la
pésima instrucción que se imparte; y eso pese a que todavía no se ha evaluado a
los propios educadores.
En un mundo que exige
a los trabajadores cada vez mayor especialización, ya que la tecnología está
expulsando del mercado laboral a los menos calificados, reemplazados por
máquinas, más baratas y más eficientes, este panorama es criminal: la calidad
de educación pública que se está impartiendo condena a generaciones enteras de
argentinos a permanecer en la pobreza. Se verán imposibilitadas de acceder, no
ya a la universidad, puesto que quienes terminan el secundario ni siquiera
comprenden los textos que leen, sino tampoco a carreras terciarias. Los padres
han tomado conciencia de ello y, cuando le suman la cantidad de días de clase
perdidos por las reiteradas huelgas e injustificadas ausencias de los maestros,
hacen migrar a sus hijos, masivamente, hacia la enseñanza privada.
El otro hecho destacado
de la semana fue la obvia graduación en política, con honores, de Macri. Aún en
medio de uno de los peores escenarios desde el punto de vista socio-económico,
que impone márgenes estrechos a la maniobrabilidad, ha sabido manejarse con
arte, apretando y aflojando frente a los demás actores, y consiguió desactivar
un paro general que debía producirse antes de que comenzaran a notarse los
síntomas firmes de la segura reactivación, como demuestra la confianza que
expresan los mercados diariamente. Ahora habrá que ver cómo reaccionan las
organizaciones sociales de izquierda ante un diciembre que todavía será
complicado, y qué hacen el Gobierno y los empresarios para que transcurra en
paz.
En materia de
seguridad y lucha contra el narcotráfico, también ha comenzado el camino
correcto, con el envío de las fuerzas federales a los enclaves urbanos con
mayor incidencia de la criminalidad. Aún resta elevar al Congreso los proyectos
de ley necesarios para autorizar la participación de las fuerzas armadas en la custodia
de las fronteras terrestres, aéreas, fluviales y marítimas, dotándolas de los
elementos y de las normas necesarias. Será el único modo de garantizar a sus
miembros que no serán más tarde procesados, como sucediera a quienes tuvieron
que combatir a las guerrillas marxistas en las décadas de los 70's y 80's, casi
dos mil de los cuales continúan muriendo en las cárceles, recluidos allí
precisamente por sus vencidos.
Uno de esos canallas
togados, el Juez Carlos Rozanski, acorralado y al borde de la destitución por
el Consejo de la Magistratura debido a las denuncias por dejar prescribir las
causas sin repercusión mediática y por los malos tratos a su propio personal,
renunció como integrante del Juzgado Oral Federal N° 1 de La Plata, un epítome
de las nulas causas por la comisión de presuntos delitos de lesa humanidad, de
la violación de todas las garantías constitucionales y de la discriminación
jurídica en contra de los imputados.
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