En
febrero de 1973, antes de las elecciones presidenciales, la organización
guerrillera asaltó una unidad militar para acribillar la salida electoral y
continuar la guerra contra las FFAA. Emplearía esa misma metodología durante
los gobiernos democráticos que siguieron hasta el golpe militar contra Isabel
Perón
Por
Juan Bautista "Tata" Yofre
28
de febrero de 2020
En
enero de 1973 los partidos políticos argentinos iniciaron sus campañas
electorales que terminarían el 11 de marzo con la elección del próximo
presidente constitucional, poniendo fin de esta manera al gobierno de facto que
había asumido el junio de 1966 tras el derrocamiento del presidente Arturo Illia. El régimen castrense
había fracasado y la candidatura presidencial del teniente general Alejandro Agustín Lanusse era una
cuestión del pasado. El generalizado clima de la violencia subversiva llevó a
algunos funcionarios a imaginar que las elecciones debían suspenderse.
Un
informe realizado por la SIDE sobre el Panorama Nacional, con fecha 12 de enero
de 1973, daba argumentos sobre las “razones
que aconsejaban la cancelación de la
convocatoria a elecciones nacionales para marzo próximo” y “perspectivas concretas de la subversión
marxista en el país, con apoyo de Cuba y
la Unión Soviética”.
Tras
un listado de las más importantes organizaciones armadas, la Secretaria de
Inteligencia advertía que “con o sin elecciones, las mencionadas fuerzas subversivas –que en un
momento dado podrían movilizar no menos de 30 mil hombres equipados del más
moderno armamento automático y otros elementos muy avanzados para el combate-
desatarán inexorablemente la escalada guerrillera.”
El
trabajo de varias carillas no tiene firma pero hace mención a “un
informante” que elucubra la situación del país en medio de un clima pre
revolucionario. “En el proceso de copamiento de la Argentina por las fuerzas Marxistas
es evidente –directa o indirectamente- el aliento de la Unión Soviética y
Cuba”. Y apoya su argumentación en informes llegados de Chile (gobernado
por el socialista Salvador Allende)
sobre reunión de adherentes de la IV Internacional (trotskista) a la que
pertenecía el PRT-ERP hasta ese momento. El analista estima necesario suspender
el proceso electoral porque de lo contrario debería aceptarse “con resignación la extensión Marxista
frente a la cual –si se optara por la salida electoral- solo se podrá oponer la
complacencia, el miedo o la complicidad de los partidos políticos caducos y de
sus dirigentes sin representatividad alguna.”
Presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse |
Las
propuestas de un nuevo “gobierno nacional
de las Fuerzas Armadas con respaldo civil” contenidas en este informe -que
sumergía al país en una futura “guerra
civil”- eran de imposible implementación teniendo en cuenta el desprestigio
que envolvía al régimen militar en retirada. El mismo día y con la misma
máquina, otro trabajo del mismo organismo propone “fundamentos de la necesidad de
la permanencia del Teniente General Alejandro A. Lanusse en el poder”
que podría emparentase con otro trabajo del 5 de febrero de 1973 cuyo título
plantea un gran interrogante: “¿Qué consecuencias traería aparejadas la
proscripción del Partido Justicialista? Diferencias entre candidatos y
partido”.
Estos
trabajos y sus conclusiones llegaron a los más importantes despachos de la Casa
Rosada y bueno es decir que eran de implementación imposible. Primero, Lanusse
había manifestado públicamente, en julio de 1972, que no sería candidato y no
seguiría en el poder. Segundo, las FFAA no secundarían masivamente tales
propuestas. Y tercero, las reacciones civiles serían incontenibles. La
Argentina había entrado en un túnel cuya salida era impredecible.
Contemporáneamente, el 14 de enero de
1973, Roberto Mario Santucho, el
jefe del PRT-ERP, encabezaba en
Córdoba una reunión clandestina con el fin de elaborar la política de la
organización frente al proceso electoral. La conclusión era clara y definitiva:
acribillar la salida electoral y
continuar la guerra contra las FFAA. En su marco de alianzas no
participarían ni Montoneros ni las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) más cercanas el peronismo. Así por lo
menos se lo dijeron durante una reunión celebrada a fines de enero.
Frente
a este panorama, a principios de febrero, Santucho comenzó a diseñar con Juan Ledesma (alias Capitán “Pedro”) el asalto al Batallón de Comunicaciones 141 de Córdoba con la
inestimable colaboración del conscripto Félix
Roque Jiménez.
Roberto Santucho durante una ceremonia de condecoración a sus terroristas |
“Pedro” estuvo al
frente de la Compañía Decididos de Córdoba y entre tantas acciones militares,
participó en el copamiento de la Guarnición Azul (enero de 1974); interviene en
la planificación del ataque al Batallón Depósito de Arsenales 121, como jefe
del Estado Mayor, reforzando a la compañía Combate de San Lorenzo que tuvo su
bautismo de fuego con efectivos de las otras 3 compañías urbanas y tras
ascender a jefe del Estado Mayor del ERP planifico el asalto al Batallón
Depósito de Arsenales 601 en Monte Chingolo.
El
domingo 18 de febrero, a las 3.30, un comando de 40 miembros del PRT-ERP
irrumpió en el Batallón de Comunicaciones 141, en Córdoba, contando con la
complicidad del conscripto Jiménez (declarado días más tarde “traidor
a la Patria”), y robó una cantidad importante de armas. Según relató el
general de división Alcides López
Aufranc, jefe del Estado Mayor del Ejército, a través de la cadena nacional
de radio y televisión, la organización político-militar se había alzado con 63
subfusiles PAM-1, 11 PAM-2, 107 pistolas 11.25, 4 subfusiles Halcón MP.45 , 1
subfusil Halcón ML-63 9×19 mm, 1 curioso rifle Winchester.44, una escopeta
lanzagases, 2 revólveres 32 especial, 1 pistola Beretta 9×19 mm, 1 caja de 480
balas .50, otra de 1.500 tiros de 7.62×51 mm, 6 de 300 balas calibre 38 cada
una, otra de 10 granadas para fusil FAL, 100 granadas de mano, 3 granadas
antitanque, 20 granadas lacrimógenas, 500 unidades de cartuchos de escopeta
calibre 12 con posta de guerra, 40 cartuchos de señales, 6 largavistas, 1
sistema visor infrarrojo, 2 ametralladoras pesadas M-2 calibre 0.50, 74 fusiles
FAL, 2 FAP, 600 cargadores de FAL/FAP, 5 trombones lanzagranadas FAL, 1 pistola
de señales, 5 brújulas, 3 mochilas y 15 sables.
Tapa de la revista del ERP informando el ataque al Batallón 141 |
Una
crónica de la época informa que la sección de recolección cumplió su labor de
manera eficiente en tanto el personal asignado procedía a montar la emboscada
para cubrir la retirada. Es así que hacia la hora 5:00 AM los asaltantes
partieron de la unidad militar, parte en el Unimog del Ejército Argentino
capturado, y el resto a pie, corriendo velozmente hacia los automotores que
habían dejado estacionados en la cercanía del cuartel, entre los que se
lograron identificar a por lo menos un Torino blanco y un Fiat 1600 del mismo
color, patente X-081.733.
El
matutino cordobés La Voz del Interior destacó que los guerrilleros “demostraron
conocer perfectamente el terreno (…) y haber organizado un plan (…) que preveía
hasta los menores detalles”. Y agregó que “a pesar de las características
del suceso, no hubo derramamientos de sangre”. Otros aspectos de la
noticia ponían en evidencia la magnitud del hecho; tanto por la cantidad de
militantes participantes -“alrededor de
30 hombres, más los otros que cumplieron tareas de apoyo en el exterior”- y
de miembros del ejército momentáneamente capturados -“en el establecimiento se encontraban entre oficiales, suboficiales y
tropa aproximadamente sesenta hombres”- y el despliegue operativo que
incluyó acciones de distracción en distintos puntos de la ciudad.
Tras
el hecho el PRT-ERP emitió un comunicado sosteniendo: “Los comandos 29 de Mayo, Che Guevara, Lazcano-Polti-Taboada, Jorge
Luis Sbedico, Ramiro Leguizamón y “Martínez-Ferreira de la Compañía Decididos
de Córdoba del ERP en un exitoso golpe de mano
tomaron por 5 horas el Batallón 141 de Comunicaciones del Ejército opresor
recuperando para la causa revolucionaria del pueblo argentino dos toneladas de
armamentos y proyectiles que se detallan en el parte de guerra adjunto
retirándose en completo orden. En 1810, el pueblo de Córdoba formó y
armó la Compañía Decididos de Córdoba que se incorporó al Ejército del Alto
Perú en nuestra guerra de la primera independencia. El mismo heroico pueblo
cordobés ha logrado en dos años de operaciones formar y armar nuevamente la
Compañía Decididos de Córdoba incorporada hoy al ERP en nuestra guerra por la
segunda y definitiva independencia. Ayer nuestro pueblo en armas
supo derrotar en larga y cruenta guerra al ejército opresor de la colonia:
hoy está enfrentando cada vez con mayor potencia al ejército opresor
oligárquico y pro-imperialista y proseguirá victoriosamente esa empresa hasta
el seguro triunfo de la revolución obrera y popular socialista”. Según el
matutino La Opinión el hecho fue un incidente más dentro de los últimos “cincuenta
días en los que hubo doce secuestros que demandaron rescates por una suma de
2.500 millones” de la época.
Si
bien durante la acción subversiva no hubo víctimas fatales, para Alejandro Lanusse fue el hecho “más
grave desde que yo ejerzo la Presidencia; más grave que la muerte de un General
o el asesinato de un Almirante y de los asesinatos de tantos servidores
públicos…” (La Opinión, 21 de febrero de 1973). Dos días antes el
mandatario de facto, al poner en funciones al nuevo jefe del Estado Mayor
Conjunto, vicealmirante Carlos Álvarez,
reafirmó su compromiso de institucionalizar el país.
El
asalto realizado por el ERP fue el primero en llevarse a cabo contra una unidad
del Ejército. A diferencia de los que sobrevendrían éste se realizó durante la
vigencia de un gobierno de facto porque los próximos serian contra gobiernos constitucionales:
-
El 6 de septiembre de 1973, durante la presidencia
interina del diputado nacional Raúl
Lastiri, un comando del PRT-ERP intentó copar el Comando de Sanidad con la finalidad de robar armamento y materiales
médicos de campaña de sus arsenales pero fracasó. También en esta ocasión
contaron con la complicidad de Hernán Invernizzi, un soldado conscripto
ascendido a dragoneante.
-
El
12 de octubre de 1973 asumió Juan Domingo Perón tras 18 años de exilio, llegaba plebiscitado con
el apoyo del 62 por ciento del electorado… pero al PRT-ERP no le importó. Desde
octubre hasta enero cometieron todos los desmanes más inimaginables: secuestros extorsivos, asesinatos,
atentados, desmanes.
El asalto del ERP al cuartel de Azul |
-
El
19 de enero de 1974 –con la connivencia de otro soldado
conscripto- intentaron copar y saquear
la guarnición militar más grande en Azul, provincia de Buenos Aires, que
albergaba en sus 40 hectáreas al Grupo de Artillería Blindada Nº 1 y al
Regimiento 10 de Caballería Blindada Húsares de Pueyrredón. Santucho desde 1973
quería pasar a otro nivel de la escalada del conflicto y eso significaba crear un foco guerrillero rural que
permitiera en el futuro declarar una “zona liberada”. Para hacer posible
la formación de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez (llevaría el nombre del
“zurdo” Jiménez (a) “Ricardo”, un miembro del PRT-ERP muerto
en Tucumán en un enfrentamiento con la policía provincial) era necesario contar
con un gran arsenal y esas armas las podían obtener de la Guarnición de Azul. El coronel Camilo
Arturo Gay cae herido de muerte y es tomado prisionero el teniente coronel Jorge Ibarzábal, ante la amenaza de los atacantes de asesinar a la
familia del primero. Ibarzábal es introducido en un vehículo y sacado del lugar
y la familia de Gay es llevada de rehén a la herrería del cuartel, donde un
vehículo debía recogerlos, y esto no ocurrió porque ya estaba fracasando el
ataque y porque un vehículo blindado militar bloqueó al grupo atacante. Durante
la refriega es asesinada la esposa de Gay. En una carta dirigida al personal de
la unidad castrense Perón no uso el término “aniquilar” al enemigo sino que
había que “exterminarlo”.
Tras
el fracaso de la operación, Enrique
Gorriarán Merlo fue “despromovido”
bajo el cargo de haber abandonado a su
gente antes del repliegue y se lo destinó en Córdoba. Su cargo fue ocupado
por Juan Ledesma (a) el comandante Pedro.
Argentino del Valle Larrabure asesinado por el ERP |
-
El
10 de agosto de 1974, el Ejército Revolucionario del
Pueblo atacó de manera simultánea dos objetivos militares. La Compañía de Monte
Ramón Rosa Jiménez al mando de Hugo Irurzún, “capitán Santiago”, intentó copar el Regimiento de Infantería 17 de
Catamarca; y la Compañía Decididos de Córdoba, bajo el mando del jefe de la
compañía Juan Eliseo Ledesma, “capitán
Pedro”, tomó por asalto la Fábrica de Explosivos de Villa María,
secuestrando al subdirector, el mayor Argentino
del Valle Larrabure y al capitán Roberto
A. García, y gran cantidad de
armamentos. “Nadie puede ya dudarlo. La guerra civil revolucionaria
se ha generalizado en la Argentina. De un lado el ejército opresor, del otro
bando las fuerzas guerrilleras (...) con la simpatía y el apoyo cada vez más
activo de las masas obreras y populares”, dijo el ERP a través de su
órgano Estrella Roja. En el ataque de Catamarca murieron 16 guerrilleros.
A partir de estos hechos, como acto de “represalia”, el ERP comenzó a asesinar
oficiales del Ejército. Entre el 25 de septiembre y diciembre de 1974, fueron asesinados 10 oficiales de los 16
estipulados.
-
El
13 de abril de 1975, el ERP atacó el Batallón de
Arsenales 121 Fray Luis Beltrán en Rosario, Santa Fe. Durante 1974, el PRT–ERP
había comenzado a establecer un principio de infraestructura tendiente a
constituir el futuro ejército regular. Este proyecto se inscribía dentro del
concepto enunciado por Mario Roberto Santucho en el Comité Central Ampliado,
que se desarrolló en enero de 1974, y resume el “salto cualitativo
en la guerra revolucionaria, de la lucha por las reivindicaciones a la lucha
por el poder”. La operación fue planificada por Juan Eliseo Ledesma,
Jefe del Estado Mayor Central del ERP. La unidad que asume la acción es la
Compañía Urbana Independiente Combate de San Lorenzo, de reciente constitución,
a cargo de Santiago Hernan Krasuk. “Capitán Luis”. El soldado Carlos Horacio Stanley fue el
entregador de la unidad.
Dado
que la “'Compañía ‘Combate San Lorenzo'”
era muy nueva se constituyó un agrupamiento de ataque para reforzarla de la
siguiente manera:
1.
Treinta terroristas de la compañía Combate de San Lorenzo.
2.
Veinte terroristas de la compañía Decididos de Córdoba.
3.
Diez terroristas de la compañía Héroes de Trelew.
El ataque del ERP a Monte Chingolo |
-
El
martes 23 de diciembre de 1975, el PRT-ERP atacó el Batallón Depósito de Arsenales 601 Domingo
Viejobueno, importante unidad logística ubicada en las cercanías de Monte
Chingolo y a 20 kilómetros de la Casa Rosada. La finalidad era robar (“recuperar”) una importante cantidad de armamento militar.
De acuerdo a lo estimado por la comandancia (y la inteligencia del ERP), el
depósito guardaba: 900 FAL con 60.000 tiros, 100 M-15 con 100.000 tiros, 6
cañones antiaéreos automáticos de 20 mm con 2.400 tiros, 15 cañones sin
retroceso con 150 tiros, subametralladoras, etc. Totalizando cerca de 20
toneladas, lo suficiente como para conformar un ejército altamente profesional.
En Monte Chingolo, las fuerzas del Ejército y seguridad tuvieron: 2 oficiales,
1 suboficial, 3 soldados y un marinero de la Armada muertos y 17 heridos (8 de
la Policía Federal y 9 de la Policía de Buenos Aires). El terrorismo dejó en el
campo de batalla y sus alrededores 62 muertos y 25 heridos. Se desconocen los
desaparecidos.
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