Sr. Director:
La frase que pronunciara Pío XII en su radiomensaje de Navidad de 1944 sobre la democracia política moderna: “… puede haber una ‘genuina y sana democracia’, como forma de gobierno, cuando se respeta a Dios y sus mandamientos, y se practica la solidaridad y fraternidad cristiana. Sin una base moral cristiana, la democracia degenera en formas encubiertas o manifiestas de totalitarismo o de autoritarismo de estado….”, ha pasado a ser en los últimos años, algo así como una frase de cabecera, para todos aquellos que pretendemos que nos gobiernen “como Dios manda”.
En efecto, como cristiano católico que soy no tengo absolutamente ninguna duda que, la democracia en nuestro país está totalmente degenerada, ya que no sólo se ha alejado de los valores y principios cristianos, sino que gran parte de nuestros políticos, ya sea desde el gobierno o desde la oposición, hacen incontables esfuerzos para imponer en nuestro país leyes “contra natura”, como sería la del aborto o las que surgen de la ideología de género.
Ya en otras cartas nos hemos referido a las estrategias del poder mundial, con la masonería a la cabeza, sobre cómo se ha lanzado en todo el mundo esta campaña satánica para lograr el triunfo de la revolución anticristiana sobre el mundo cristiano y católico.
Más allá de lo que el poder del dinero o el poder mundial pretendan imponer, preocupa de sobremanera, la actitud de los argentinos, no sólo de aquellos que están en el gobierno y obedecen a pie juntillas estas órdenes emanadas del poder mundial a cambio de préstamos del FMI, grandes exportaciones o cualquier otro tipo de beneficio económico para el país. También preocupa el ciudadano común de la Patria que no se rebela con energía hacia quienes desde el poder le quieren cambiar su cultura y su escala de valores morales.
Es tanta y tan grande la confusión que vivimos que, en las próximas elecciones los argentinos van a elegir entre los dos candidatos con peor imagen entre todos los candidatos. Uno de ellos fue el primer arrepentido del gobierno anterior, que precisamente era conducido por quien ahora es su compañera de fórmula y a la cual denunció públicamente con acusaciones gravísimas. Además, de la burla que significa que ella, que es la líder convocante, esté procesada en la justicia por un cúmulo de causas de corrupción. El otro candidato, que supuestamente representaba lo opuesto de su antecesora que lo humilló no entregándole formalmente el cargo de presidente de los argentinos, perdió toda su credibilidad con la clase media que lo votó cuando introdujo en el país, por presiones internacionales, la cabeza de playa de la revolución anticristiana al propiciar el aborto y la ideología de género en un pueblo culturalmente católico. Y aunque todo esto parezca una cosa de locos, algo totalmente irracional, desopilante….es la pura realidad argentina. Todo mal, todo al revés…
Existe un mal ya instalado en nuestra sociedad que todo lo deforma, lo trastoca, lo cambia y lo subvierte. La gente va a votar para que la gobierne, a uno de esos dos candidatos con los cuales no está de acuerdo… pero igual los va a votar porque está enceguecida por el sistema que le dice y le repite que así es la democracia, que es lo mejor que nos puede haber pasado… “Democracia o dictadura” sigue siendo el eterno reduccionismo falaz de muchos argentinos.
En el caso de los militares prisioneros de guerra (tal calificativo parte de que uno de los bandos en pugna, los terroristas subversivos, ha decidido continuar la guerra por otros medios y sigue encarcelando arbitrariamente a quienes lo combatieron y vencieron con las armas en los ’70), ocurre el mismo despropósito que con los católicos que votarán por alguno de los dos candidatos abortistas. En efecto, es casi un voto cantado que las FFAA van a votar en primera vuelta por el candidato de las FFAA que defiende el estilo de vida y la cultura cristiano católica, pero en la segunda, seguramente para que no gane el kirchnerismo, votarán por MM, es decir por quien prometió darles la libertad y los sigue manteniendo presos y encima no hizo nada con los terroristas instalados en el poder. Hasta este punto está degenerada nuestra democracia… se vota en contra de los propios intereses...
Pareciera que nuestra sociedad sólo le daría la espalda al sistema votando masivamente contra el mismo, es decir, votando en blanco, impugnando, anulando o no votando, cuando su bolsillo se viese afectado. Todo indica que para gran parte de nuestro pueblo, puestos en la balanza los valores morales y los económicos, estos últimos serían los que la inclinarían a su favor.
Si verdaderamente fuésemos un auténtico pueblo cristiano en su totalidad y se votara por valores y principios, no habría dudas que triunfaría el voto que le daría la espalda al actual sistema y a todos sus políticos. Una síntesis del “que se vayan todos”, para que surjan nuevos líderes que aseguren una democracia ordenada en nuestra tradicional cultura cristiano católica, con una plena participación de los cuerpos intermedios existentes entre la familia y el estado y una auténtica y genuina representatividad.
Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!