LAS
MENTIRAS DEL GOBIERNO SON CADA VEZ MÁS GROTESCAS
Hace
solo unos pocos días atrás el gobierno por intermedio de su vocero oficial, la
presidente Cristina Kirchner, anunció un ambicioso plan para construir en el
término de cuarto años, 400.000 viviendas.
Desde
ya varios años la estrategia oficial para ocultar sus cada vez más visibles
fracasos y derrotas, empleó estrategias muy diversas: desde apelar al conocido sentimentalismo
de los argentinos, el exacerbar el nacionalismo y el patrioterismo, hasta el anuncio
de megaproyectos. En todos los casos la técnica más utilizada para
ello fue la charlatanería presidencial.
Pero
lamentablemente tanto va el cántaro a la fuente hasta que al final se cae y se
rompe. Todo hacía creer que estas estrategias, por ser ampliamente conocidas
por casi todos los argentinos, ya no
sorprendían y por lo tanto habían perdido toda eficacia.
Pero en realidad la
tozudez y tenacidad del gobierno, en su intento de aferrarse desesperadamente
en el poder, decidió emplear una técnica
nueva con la cual engañar o manipular la voluntad de los ciudadanos: el empleo de lo grotesco y lo absurdo.
A
solo un poco más de una semana del cacerolazo, señal más que clara imposible,
del descontento popular en la clase media, Cristina en un desesperado intento
de calmar los ánimos, oficializó
un plan
de crédito para la construcción de 400,000 nuevas viviendas en los próximos
cuatro años, al que podrán acceder familias sin un mínimo de
ingresos y que perciban hasta 6,690 dólares.
El
gobierno intenta con ello tapar las cada vez más su descalabro financiero, su desquiciada
economía y dificultades de todo orden, que ya afloran violentamente por
doquier.
Las
erróneas políticas hicieron que la mandataria en uno de sus tantos discursos, expresara
“que el mundo se nos está cayendo
encima”. Nuevamente una ficción en la óptica de Cristina: no es “que le mundo se nos está
cayendo encima”, sino “que nos estamos
cayendo del mundo” que es totalmente diferente y cuya responsabilidad es
enteramente de la gestión empezada en el 2003 por “El”, y seguido con leves y pésimas
variantes por “Ella”.
Todo
aquel ciudadano, con solamente un dedo de frente (¡Un solo dedo!) puede darse
cuenta que el anuncio presidencial es nuevamente un cuento similar al ya famoso
“tren bala”,
solo que aplicado al rubro inmobiliario.
Una simple cuenta que apareció en internet
y que transcribo, muestra la fantasía maligna de la presidente: Un año tiene 365 días y cuarto años en
consecuencia, 1.460 días.
Un día tiene 24 horas, luego 1.460 días tiene 35.040 hs. Ello
nos arroja este sorprendente resultado: Se terminan 273
casas por día, es decir 11 casas por hora.
Soy
consciente que es una forma simplista y elemental de hacer el cálculo, por lo
cual seguramente es imperfecto. Pero también
bastante aproximado.

De
lograrlo realmente la gestión de los Kirchner ganará un lugar privilegiado en
la Historia del país. La pregunta que surge de este planteo, es porque recién ahora
después de casi diez años de gobierno se les ocurre este “excelente” plan. ¿Tal vez porque en el año 2003 Kiciloff era
aún un joven casi adolecente, sin capacidad para asesorar al mandatario?
Hubo
varios planes de viviendas en este período, pero que pasaron sin pena ni gloria
y sin concretarse. Entre ellos el tristemente affaire del Plan de Viviendas de
las Madres de Plaza de Mayo.
Pero en
este plan hay algo más nefasto y perverso aún: el plan será financiado con
créditos a muy bajo interés de fondos provenientes del ANSES.
“Con el mayor de los
desparpajos, el Gobierno acaba de propinar dos fuertes golpes a los actuales y
a los futuros jubilados, es decir, a la enorme mayoría de la población. El
martes anunció que empleará los fondos de la Administración Nacional de la
Seguridad Social (Anses) para financiar un plan de créditos accesibles para
construir viviendas, y el jueves confirmó que seguirá desobedeciendo a la Corte
Suprema y no actualizará las 5.600.000 jubilaciones del país aplicándoles el 82
por ciento móvil.” (ref. 1)
En realidad no habría mayores objeciones si
la ANSES hiciera un buen negocio para incrementar los fondos para los
jubilados. Pero prestar
fondos previsionales a tasas bajísimas, del 2 al 14 por ciento anual,
con una probable inflación cercana al 30% ,constituye a todas luces, un pésimo
negocio para los futuros jubilados.
El saquear los fondos de
los jubilados y sus empleadores para satisfacer necesidades populistas y
demagógicas del gobierno, constituye por si solo una perversa ruindad.
Pero jugando con esos
objetivos, rifando los fondos de la clase pasiva, constituye, lisa y
llanamente, un atropello a la
racionalidad y un verdadero acto
criminal.
¿Alguien sabe acaso, de algún proyecto de
los tantos que presentó el gobierno, que haya tenido éxito a lo largo de estos
nueve años?
22-Jun-12
Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
NOTAS:
1.- “Editorial - El saqueo a los jubilados” - Diario “ La Nación” - 17-06-12
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