viernes, 5 de julio de 2013

BUENOS MUCHACHOS

Nuestra ingenuidad no tiene límites. Cuando nos convencemos de que nada que pueda venir de la “zurda” -y particularmente de algunos personajes como Kunkel- podría penetrar nuestra coraza de escepticismo, caemos nuevamente como chorlitos.


Habíamos pensado que la “macana” admitida por Carlos Kunkel en relación con el ataque al Regimiento de Infantería Nº 29 de Formosa en 1975 era toda la autocrítica que podíamos esperar. Eso y las palabras de Bonasso “Nos equivocamos cuando matamos a Rucci, debimos haber matado a López Rega”.

Kunkel admitió que se mandaron una “macana” con el ataque al Regimiento e instó a los diputados de su bloque a votar una indemnización para los familiares de los soldados conscriptos asesinados y para los que no fueron asesinados pero cargan aun hoy, con las heridas que les provocaron los “jóvenes idealistas”.

Vamos a admitir en nuestra defensa que nos causó asombro pero racionalizamos el asunto pensando que tanto daño que  han causado a personas inocentes podía pesar en la conciencia de los que combatieron.

Ahora sabemos la verdad, nada honesto ni decente se puede esperar de esos perversos.

El Regimiento de Infantería 29 de Formosa fue atacado desde dentro y desde fuera por Montoneros. El soldado conscripto Luis Roberto Mayol era un topo que entregó la guardia aquel 5 de octubre de 1975, durante el gobierno constitucional de Isabel Perón. El 5 de octubre es día de luto en Formosa y se instauró a nivel nacional para recordar a todas las víctimas del terrorismo.

Cuando Mayol intentó asesinar uno a uno a sus compañeros conscriptos se le trabó el fusil. Fue ultimado por éstos y aun después de muerto, cada soldado sobreviviente le tiró al cadáver, como una forma de escupirle a su memoria.

Los soldados conscriptos que defendieron el cuartel fueron invitados a rendirse por Montoneros, a entregar a sus superiores y el regimiento para sobrevivir.

-“Rendite, negro, que con vos no es la cosa”

soldado Hermindo Luna
A lo que el soldado Hermindo Luna [1] contestó con lo que ya es un grito de guerra que trasciende esa batalla.

“-ACA NO SE RINDE NADIE, MIERDA!”

Hoy los descendientes culposos de Mayol propusieron indemnizar a las familias de estos soldados, los más pobres del regimiento ya que no tenían dinero para ir a casa ese fin de semana.
En el estilo guarango de estos mercenarios denominaron ese río de sangre como “una macana” que tenían que reparar.

Sin embargo, fieles a su estilo de perjuros y traidores, mostraron sus verdaderas intenciones: en contrapartida para aprobar una indemnización a los familiares de los valientes soldados la Cámara de Senadores debía aprobar una nueva indemnización a los terroristas durante el gobierno de Isabel...una más, como si ya no se hubieran robado todo el país!

La trampa estaba en aceptar que se indemnice a todos los que fueron detenidos por el Poder Ejecutivo desde el 6 de noviembre de 1974, fecha en que se decretó el Estado de Sitio. O sea, que el peronismo admita que se comenzó la guerra antisubversiva durante el gobierno de Juan Perón.

Unos y otros son unos hipócritas. Los senadores peronistas porque quieren mantener a su líder fuera de la mentira que ellos mismos ayudaron a forjar, que la guerra antisubversiva fue cosa del Proceso y que no se combatió al terrorismo durante el gobierno constitucional de Perón.


Fue el General Juan Perón el que comenzó la guerra antisubversiva.

De los otros... ¿qué podemos agregar? Son los mismos hipócritas de siempre que mandaron a un soldado topo a asesinar conscriptos y cuando les salió mal se vengaron de los sobrevivientes y las familias de los héroes. Ahora, en un nuevo doblez pretendieron cambiar una indemnización que es justa por un reconocimiento político  forzado, tramposo. El cuchillo debajo del poncho, como siempre.

Unos y otros...buenos muchachos.

Ocho de los doce montoneros muertos durante el ataque al Regimiento de Infantería Nº 29 fueron introducidos en el listado del informe “Nunca Más” por la revisión de Kirchner. Víctimas de “terrorismo de Estado” por “ejecución sumaria” con lo que automáticamente sus familiares accedieron a indemnizaciones. Sus nombres, los nombres de estos asesinos, figuran en el listado de “víctimas” en el Parque de la Memoria como si hubieran sido inocentes. Un ejemplo cabal de que ni fueron 30.000, ni eran inocentes.



Los familiares del subteniente Ricardo Massaferro, el Sargento Víctor Sanabria y los conscriptos Antonio Arrieta, Heriberto Ávalos, José Coronel, Dante Salvatierra, Ismael Sánchez, Tomás Sánchez, Edmundo Sosa, Marcelino Torantes, Alberto Villalba y  Hermindo Luna todavía esperan un reconocimiento del Estado al que sus hijos defendieron con la vida.

Los políticos cuecen habas y cambian la sangre de los héroes en sus enjuagues. Héroes que son rehenes de los juegos de poder de estos buenos muchachos.  
                                                   Andrea Palomas Alarcón


NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.


[1] HERMINDO tenía 20 años y era hijo único. Había entrado al Servicio Militar sin saber leer ni escribir, porque este tape gaucho sólo sabía del monte y de hachar quebracho al sol con 40 grados de calor. Sus superiores lo consideraban un “sobresaliente soldado”. Todos recordaban con una sonrisa esas dos veces que se había quedado dormido en el toque de diana y comenzó su día en una pileta.                                                           
Sus padres fueron a retirar el cuerpo, de luto y descalzos, porque era gente muy pobre de un paraje del interior de Formosa. No tenían nada, excepto su hijo, y se lo dieron a la Patria con el corazón desgarrado por el dolor pero con dignidad.
*(de Blog soldadosdigital.com)

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