Queridos amigos:
Uno de los relatos más fantásticos de los entretelones del
régimen nazi es el que describe la creencia que un grupo de pseudo científicos
habían generado en Hitler, acerca de que la tierra no era cóncava sino convexa
y que por consiguiente no habitamos en el exterior del globo sino en su
interior. Atento a las ventajas bélicas
que podía obtener de este descubrimiento para localizar y atacar a las fuerzas
enemigas, el Führer habría financiado diversos experimentos que naturalmente no
tuvieron éxito y que disgustaron a los
verdaderos científicos del régimen
quienes, obviamente, no se habían animado a contradecir al dueño del poder.
La moraleja de esta historia es que si un líder político
tiene suficiente autoridad para hacer lo que desea, inspira un temor tal que disuade a quien puede
aconsejarle sanamente y es suficientemente
ignorante en ciertas materias como para desconocer lo básico de ellas,
los errores a los que puede arrastrar a su país son inconmensurables.
Es solo bajo estas
premisas que podemos encuadrar la forma insensata en que la Argentina se va
aferrando a teorías económicas de probada ineficacia y obsolescencia, se aísla
del mundo globalizado y pretende desde su cada vez más postrada situación
económica dar lecciones planetarias y ponerse como ejemplo de un nuevo paradigma de gestión que desafía, en
su versión oficial, a los datos más evidentes de la realidad.
Sabemos que hemos pasado del primer al cuarto lugar como
exportadores de carne vacuna en Sudamérica luego de Brasil, Uruguay y Paraguay
a partir de las erróneas políticas públicas aplicadas en ese ámbito de
producción. Esta semana se ha hecho pública la carencia de trigo, largamente
anunciada por la gente del campo y que ahora se ha concretado con un aumento
vertiginoso en el precio del pan y la prohibición del Secretario de Comercio
para continuar exportando harina, hecho particularmente doloroso en el país que
fuera llamado “el granero del mundo” .
También debemos considerar que continua
aumentando mes a mes el drenaje de divisas para cubrir el déficit
energético que siguió a la pérdida del autoabastecimiento de combustible y que
contribuye a que las reservas lleguen al menor nivel desde el año 2007 con una caída de 6134 millones de
dólares en el primer semestre, a pesar del brutal cierre del mercado de cambio que impide a los
argentinos adquirir divisas para viajar, ahorrar o acceder a bienes valuados en
dólares.
Largo sería relatar el proceso por el que la señora
presidente ha logrado una cuota tan inusual de poder, que le permite aprobar
leyes inconstitucionales en dos semanas con el apoyo ciego de legisladores sin
criterio propio y la inoperancia de un
poder judicial que solo recientemente ha demostrado atisbos de reacción
cuando el avasallamiento institucional
llegó a su propio espacio. Ahora, con ese poder consolidado, la presidente se
lanza contra todos los que de alguna manera se oponen a su voluntad, agravia,
burla, baila y se adueña de los actos
públicos, institucionales o partidarios, cuya naturaleza mezcla en el comienzo
de una campaña política decisiva.
A la presidente la
han convencido de las ventajas de una economía cerrada y de que es posible en
el siglo XXI “vivir con lo nuestro” poniendo trabas al comercio y al funcionamiento
de las empresas que podrían traer inversiones y generar trabajo genuino,
entendiendo por tal al que no resulta de subsidios disfrazados de empleos.
Parece creer realmente que la inflación es
un invento opositor y ni siquiera el hecho de que se haya acabado el
abecedario para nominar a los billetes de cien pesos, que a partir de ahora
deberán utilizar series de dos letras, ha servido para darle un toque de
alerta. Rodeada de denuncias de corrupción, de tragedias ferroviarias y de
demandas de seguridad, persiste en su relato auto elogioso y nos muestra
triunfante las listas de candidatos, todos ellos elegidos por ella misma, con los que piensa prolongar
su periplo por otras décadas de poder solitario y destructivo.
La Corte Suprema de Justicia de la nación ha sido quien puso
un primer freno a tanto dislate declarando la inconstitucionalidad de la ley
que intentaba poner en las listas de los partidos políticos a los integrantes
del Consejo de la Magistratura. De esta manera no solo frustró el avance del
poder ejecutivo sobre la independencia de los jueces sino que evitó que la
elección de legisladores por provincia tuviera una lista de carácter nacional
que permitiera unificar la campaña. Esta actitud de la Corte la transformó de
inmediato de respetada institución en inaceptable corporación opositora, a los
ojos del gobierno. La señora presidente la criticó en cada acto público y en
sus incursiones en las redes sociales. De la palabra se pasó rápidamente a la
acción y tomó público conocimiento que la AFIP había iniciado una investigación
contra el presidente de la Corte y dos de sus hijos. También anotamos que el
diputado oficialista Carlos Kunkel presentó un proyecto de ley para quitarle a
la Corte el manejo de sus facultades presupuestarias y administrativas y
transferirlas al Consejo de la Magistratura y del acto encabezado por
militantes y algunos funcionarios
judiciales, en que se hizo mofa de los miembros de la Corte. El ataque es en
toda la línea no solo por el fallo emitido sino por los que resta emitir, entre
los que se cuentan el control de los medios, la confiscación del terreno que
ocupa la Sociedad Rural y las disputas por fondos reclamados por las
provincias. La oposición apoya a la Corte, el derecho la ampara, pero el nivel
de poder del gobierno pone el resultado de la disputa en terreno incierto y,
sin dudas, muy perjudicial para la salud de la república.
También expresamos
nuestra tristeza porque a la
decisión del recambio de los Jefes de
Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y del Estado Mayor Conjunto, dispuesta esta semana, se le adicionó el
retiro obligatorio de 35 generales, almirantes
y brigadieres. Es importante destacar que estos militares son funcionarios
de carrera con alrededor de 35 años de servicios, un mínimo de ocho años de
estudios específicos, título universitario y un esmerado proceso de selección
que se perfecciona con el análisis y aprobación de su ascenso por parte del senado de la nación. Su prematuro retiro, sin existir razones políticas o fallas profesionales que lo expliquen, es
una enorme pérdida de recursos humanos valiosos
cuya formación representó un significativo costo que ahora se pierde con
perjuicio para las instituciones que contaban con su experiencia y conocimientos
y la natural frustración de los causantes.
Entre los signos favorables en medio de tanta sinrazón
debemos citar la marcha espontánea que reunió a más de 20.000 personas en
Rosario en contra del narcotráfico con participación de dirigentes de distintos
partidos políticos. Esta es una reacción saludable que surge después de que se
registraran 107 homicidios vinculados a la lucha entre bandas de traficantes en
esa ciudad y de que la ONU informara que Argentina es el tercer país en
cantidad de partidas de cocaína, solo superado por Brasil y Colombia. Es hora
de que el gobierno nacional, principal responsable de la lucha contra el
flagelo de la droga, asuma esta realidad
trágica y la enfrente con todo el peso
de la ley y el poder del Estado.
Pero el gobierno parece que solo atiende a otra lucha que lo
obnubila, la lucha electoral. La
presidente llevó su primer candidato a
diputado nacional por la provincia de Buenos Aires a un acto de remodelación de
un hospital en la Ciudad de Buenos Aires según su ya inveterada costumbre de
mezclar los actos institucionales con su
campaña política, lo que ya es aceptado con una resignación inaceptable
por la oposición. También presentó a sus candidatos en un acto con
características de “acto de campaña” en el micro estadio de Argentinos Juniors,
aunque, según la ley que ella misma promulgó, la campaña comienza recién el 12
de Julio. En esa ocasión, como es de rigor, fue la única oradora, marcando la
impersonalidad y la irrelevancia que asigna a los futuros legisladores
representantes del pueblo.
El gobernador Scioli, sumado a la campaña electoral del
oficialismo, justificó su actitud diciendo “no voy a llegar a cualquier precio,
pisoteando o traicionando”. Sin embargo, acepta pagar el precio de no pelear
por la coparticipación que le corresponde a la Provincia de Buenos Aires,
reemplazando esos fondos por cargas tributarias que castigan y mortifican a
quienes confiaron en él y lo votaron como gobernador. Contradicciones que
surgen de argumentos adoptados para justificar actitudes asumidas bajo el temor
y la presión.
Mientras, en un encuentro casual, un viejo conocido sabedor
de mi actividad política me hizo la pregunta
que inquieta a muchos ciudadanos de la provincia de Buenos Aires ¿Es
Massa un caballo de Troya del gobierno?
Pregunta sencilla, respuesta difícil. La presidente le ataca aunque sin
nombrarlo, pero eso no es dato porque la señora está contra todos. Lo que es
evidente, es que la posición indefinida de Massa le permitirá cualquier jugada
en el futuro, lo que representa una posición políticamente muy hábil pero muy
poco segura para quienes desean tener la certeza de que este modelo negativo no
tendrá continuidad, que no habrá reforma
constitucional y que los culpables de actos de corrupción tendrán un condigno
castigo. Para contar con esa certeza es que nos hemos sumado a Venegas en la
alianza sugestivamente denominada Unión con Fe, en la que compartimos
principios y valores de raíz nacional, cristiana y patriótica, además de contar
con las seguridad de que estaremos enfrente de cualquier intento de continuismo
re eleccionario.
Es un hecho que en esta elección legislativa, más
importante que “ganar” sumando diputados
en una sola lista es votar
representantes que nos den certeza de que una vez en el Congreso no se
venderán ni cambiarán su camiseta. Por eso, los votos que den diputados a fuerzas minoritarias pero bien definidas en
sus actitudes, no son votos perdidos
sino votos seguros para la causa de la república.
Nos despedimos lamentando que el gobierno y la señora
presidente que lo conduce adopten la
posición de que hay que estar con ellos o contra ellos, forzándose en la
práctica a estar contra todos los que no se rindan y no se resignen a rendirle pleitesía. Ese estar
contra todos, los pone contra la Argentina misma y eso es definitivo porque al final del
camino, la Argentina vencerá.
Un abrazo para todos
Juan Carlos Neves,
presidente de Nueva Unión Ciudadana
Twitter
@NevesJuanCarlos
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