Los marinos saben que
aun cuando la mar se vea calma y sin presencia de vientos y olas, si el
barómetro muestra un descenso brusco de presión, la tormenta es tan inminente
como ineludible. Los signos que anticipan las borrascas sociales no son tan
fáciles de identificar como los que presagian los cambios meteorológicos pero
también existen y pueden ser percibidos si se observa la realidad con atención
y objetividad. Y en este momento histórico del año del bicentenario esos signos
se suceden y exponen para que todo aquel que esté dispuesto a ver, pueda
hacerlo.
La tormenta perfecta |
Repasemos. El
gobierno de Cambiemos comenzó con algunos éxitos notables como la audaz salida
del cepo cambiario y el inteligente acuerdo con los tenedores de bonos que
permitió salir definitivamente del default. También hubo errores notables como
pretender imponer dos miembros de la Corte Suprema por decreto. Todo eso ya fue
amortizado y después comenzó el esfuerzo cotidiano de gobernar partiendo de un
país terriblemente golpeado por años de desatención de la infraestructura,
atraso en las tarifas de servicios y aceptación de una cultura estatista con la
que se convenció a vastos sectores sociales de que podían vivir sin esfuerzo a
costa de un estado repartidor.
En esta nueva etapa
la forma en que se manejó el aumento de tarifas de los servicios, que la parte
pensante de la sociedad entendía como una actualización imprescindible, fue
ineficiente e ineficaz. Convencido de que no se podía repetir el error de
aumentar en forma secuencial, como había hecho con los combustibles, el
gobierno dispuso un único y gran incremento de tarifas, pero reiteró la
equivocación de no respetar la normativa vigente. En este caso se trataba de
audiencias públicas, inocuas por ser no vinculantes, pero obligatorias y aptas
para dar argumentos a los jueces para frenar los aumentos. Tampoco se tuvo en
cuenta la influencia de un invierno muy frío y las escalas tarifarias que
crecían con el consumo, lo que derivó en que ahora no se cobran las nuevas
tarifas, ni las tarifas corregidas, ni las anteriores, y todo está en manos de
la Corte Suprema que poco tiene que ver con estas cuestiones.
Pues bien, en nuestra
opinión, a pesar de que el caso de las tarifas de los servicios públicos sirvió
para demostrar que el gobierno no tiene el mejor gabinete de la historia
contemporánea (como ha dicho), que debe darse un baño de humildad y que la
oposición, por más amigable que sea, no puede dejar pasar estas “gaffes” sin castigarlas, no es esta
cuestión la que amenaza con poner en jaque al oficialismo. Tampoco es la
inflación, que seguramente bajará de la mano de la incipiente recesión, ni la
pérdida de empleos que probablemente se revertirá con la lenta pero previsible
entrada de capitales dirigidos al sector productivo.
Ataque al presidente Macri en mar del plata |
Lo
que verdaderamente amenaza al gobierno es el desembozado ataque del kirchnerismo,
los sectores afines al montonerismo que actúan disfrazados de defensores de los
derechos humanos y las siempre desestabilizadoras minorías de izquierda, que se
infiltran y mimetizan con los movimientos sociales que formulan sus eternos
reclamos, acostumbrados a ser mantenidos por el Estado con sus planes y
dádivas.
Estos grupos se han
lanzado a cortar calles y manifestarse en forma agresiva y no trepidan en
decir, con total impunidad, que pretenden echar a Mauricio Macri. Cristina
Fernández, en su desesperada defensa para evitar que sus juicios por corrupción
avancen, lanza flamígeras proclamas y habla sin pudor de “resistencia” como si estuviera enfrentando a un gobierno de facto. Hebe de Bonafini ha
desafiado a la justicia negándose con improperios a concurrir a una citación
judicial por un caso de corrupción y ha resistido su arresto apelando a una
movilización inédita de seguidores y legisladores del Frente para la Victoria.
Por insólito que parezca, el juez se amilanó y aceptó retirar el pedido de
captura, presentándose él mismo a tomar declaración en la sede de la Asociación
que dirige esta mal llamada defensora de los derechos humanos.
juez federal Marcelo Martínez de Giorgi |
La escalada de hechos
desestabilizantes ha tenido un pico con una agresión con piedras e insultos al
mismísimo presidente, en Mar del Plata, realizada por sectores vinculados a las
seudo asociaciones de derechos humanos de orientación filo montonera, con la
excusa de que no había querido reconocer que los desaparecidos eran 30.000,
según la mentira instalada por estas agrupaciones como un dogma indiscutible.
El gobierno no
reacciona ante estos desafíos. No señala las expresiones desestabilizadoras ni
acusa a sus promotores. No actúa con energía en las calles dejando a la
ciudadanía inerme ante las manifestaciones y los cortes. Pretende aplacar a los
sectores filo montoneros que manejan un falso discurso de defensores de
derechos humanos manteniendo la interminable saga de juicios a militares y
policías que combatieron a la subversión y participando incluso como
querellante en causas tan contrarias al derecho como los juicios a los soldados
que combatieron contra la guerrilla rural en la selva Tucumana por orden de un
gobierno constitucional. Quizás piensa que estas voluntades intemperantes se
pueden morigerar recurriendo a las dádivas, como hace habitualmente con
gobernadores y sindicalistas. Craso error. El kirchnerismo, la izquierda y los
filo montoneros vienen por todo, pretenden que el gobierno no termine su
mandato y se montan en cada signo de debilidad para seguir motivando a sus
huestes y subiendo la apuesta.
Bueno o malo, con
aciertos o con errores, el punto es que el gobierno de Cambiemos encabezado por
Mauricio Macri es un legítimo gobierno constitucional que ganó el derecho a
gobernar la Argentina por la voluntad de
una mayoría de sus ciudadanos,
expresada libremente por su voto y al que defenderemos contra toda forma de
agresión, con todos los medios legales, para asegurar que termine su mandato. Esto viene al caso porque, como expresamos
al comienzo, reconocemos por experiencia los signos de las tormentas y vemos
que las fuerzas oscuras que enlutaron la nación vuelven con sus expresiones de
odio e intemperancia buscando recuperar por la acción directa y la violencia lo
que perdieron en las urnas por su incapacidad y su soberbia.
La exposición
descarnada de la corrupción flagrante del kirchnerismo, que día a día se
desnuda ante los ojos atónitos de la sociedad, es el principal argumento para
que ningún argentino de bien quiera volver a tener a esos personajes manejando
la impunidad del poder. Pero es necesario que el gobierno despierte y asuma que
está bajo el riesgo de una agresión que nada tiene de democrática.
Que comprenda que no
puede quedar bien con todos y pretender que otros libren sus batallas. Que si
prometió acabar con el “curro de los
derechos humanos” ganando así los votos de quienes fueron las víctimas de
esos “curros”, no puede ignorar hoy
sus compromisos y responsabilidades. Que no sirve enfrentar situaciones
complejas, en un país empobrecido por la corrupción, fingiendo optimismo y
aceptando las maniobras de los jueces que dilatan y desvían las
investigaciones. Que no se puede
defender la soberanía de Malvinas mientras se negocia con Gran Bretaña el
petróleo que enriquece nuestra zona económica exclusiva ocupada por la fuerza
por los británicos. Que hace falta ser coherente y firme, y asumir los costos
de las políticas públicas que la dignidad de la república requiere en todos los
órdenes porque el apoyo ciudadano y los votos que los desvelan, llegarán de la
mano de la integridad y no del marketing, la complacencia y las relaciones
públicas.
Esta es una hora de
definiciones. El problema central no pasa por el éxito del blanqueo o el precio
del aceite. El problema central es la amenaza que representa el ataque al
sistema, perpetrado por los verdaderos enemigos de la democracia, que quieren
volver de cualquier modo, para recuperar el poder y preservar su impunidad. Los
signos están presentes. Los advertimos y los denunciamos. Es el gobierno el que
tiene el poder y la responsabilidad para frenar a los desestabilizadores. Por
nuestra parte, siempre estaremos listos a sumarnos para defender el sistema
democrático sin dejar de señalar los errores y sostener los grandes valores de
nuestra querida patria.
Buenos Aires, 14 de
Agosto de 2016
Junta
Provincial de Gobierno de Nueva Unión Ciudadana
Juan
Luis Ciancio Juan Carlos Neves
Presidente Primer Secretario General
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