En el día de ayer y
tal cual era previsible, se aprobó la
nueva ley de inteligencia presentada por el gobierno KK, con la
colaboración inestimable de los fundamentadores lenguaraces de siempre y
legiones de levantamanos adscriptos a la obediencia debida.
De alguna manera se
ha decretado el desguace de una
estructura obsoleta al servicio de
cualquier interés menos el del Estado Nacional y que durante más de una década sirvió eficazmente a quienes ahora la objetan
y descalifican. Y surgirá por lo visto
una herramienta más adaptada a los propósitos de la facción que
gobierna, obligada a dejar el poder en breve tiempo, pero solo formalmente.
La primera pregunta
que surge consiste en saber quién o
quienes asumirán la responsabilidad de dicho cambio.
Existen indicios de
que el kapricho imperial ha determinado
que la principal conducción implícita de esta reorganización, tendrá
como orientadores preclaros a Máximo
Play Station y los chikos y chikas de la Kampora. Si no fuera que vivimos
en Argenzuela, deberíamos pensar
inmediatamente que ésta es una broma casi macabra, pero todo es posible en la
dimensión desconocida.
De una forma o de
otra quienes estarán ansiosos para tener la oportunidad de
ingresar en el nuevo-viejo organismo a fin de reforzar a los que ingresaron
antes, serán los chikos mencionados, sin interesar que sepan algo de la tarea
tan particular que les podría ser asignada.
Es muy probable
también que la inflación de personajes así nombrados, obligue a organizar
turnos para ocupar oficinas y escritorios. Es lo que ocurre en otras
reparticiones y parece arrojar buenos resultados, sino para la función, por lo
menos para la kausa.
Es
obvio mencionar que la inteligencia es algo muy trascendente para dejarla en
manos de aprendices o mistificadores, pero en nuestro país,
con diversas particularidades y metodologías en los distintos gobiernos, ha sido siempre así, especialmente luego del
advenimiento de esta democracia desnaturalizada y tramposa. Y los
pobres o complacientes argentinos estamos acostumbrados a esas anormalidades
sistemáticas y más aún hasta lo toleramos como algo normal. Así nos va...
Es mucho lo que se
puede mencionar técnicamente sobre la Inteligencia Estratégica y Política, pero
en esta ocasión me limitaré a marcar algunos puntos que en las presentes
circunstancias me parecen más gravitantes.
En
primer lugar la inteligencia es una herramienta, más bien un arma, al servicio
del Estado. Por su características técnicas y operativas debe ser conducida por
hombres honestos, idóneos, patriotas y leales a los intereses superiores de la
sociedad. No se pueden inventar sujetos capaces para ese
fin, por ser amigos o testaferros del
gobernante de turno. Y si eso ocurre, de allí para abajo, las consecuencias son
imaginables y los daños al interés público casi irreparables. En este ámbito, más que en ningún otro, el
ejemplo desde arriba es inestimable e
imprescindible.
Las
actividades de inteligencia y contrainteligencia, son por naturaleza secretas y
esta premisa debe cubrir a sus ejecutores, quienes en
muchas circunstancias deben poner en juego sus vidas a fin de, obtener
información valiosa para su empleo por la defensa y seguridad nacional.
Y
ese es el objetivo indeclinable, insustituible, esencial..., que
no puede ser manejado a voluntad por quienes conforman el gobierno de turno. Es decir entonces, la lealtad de estos
funcionarios debe ser prioritariamente hacia el Estado, por sobre cualquier
otra consideración.
Desnaturalizar su
tarea a partir de la asignación de misiones domésticas, subalternas, tramposas
y facciosas, da lugar indudablemente a la licuación de su vocación y de allí a la pérdida de su honestidad y la
venta de su conciencia, hay un solo paso.
Cuando el durmiente
De la Rúa, se hizo cargo de la presidencia de nuestra pobre república, designó como máxima autoridad de la
institución, a un sujeto aparentemente idóneo en negocios agropecuarios. Pues
bien, su primera genialidad para constituir un sistema adicto; ¡¡¡¡¡fue contratar a una empresa extranjera
para hacer un estudio de la estructura del sistema, plantilla de personal y
misiones de cada uno!!!!
Rompió así, con esta
medida inconsulta e irreflexiva el secreto tradicional, que mal o bien todavía
funcionaba, para entregarlo a un extraño en condiciones de vender información
clasificada al mejor postor. Inaudito,
increíble, irresponsable, pero así ocurrió y ese manoseo no fue en vano.
La
misión de la institución de inteligencia y sus acciones derivadas surge en
forma directa del Plan de Inteligencia Nacional que a su vez es parte de la
Apreciación de Política y Estrategia General, que debe ser
elaborada por cada gobierno para avanzar hacia el logro de los objetivos y
metas trascendentes del Estado, en total consonancia con lo elaborado por el
gobierno anterior y el que seguirá.
La continuidad,
identificación y consistencia entre los
conductores de
distintos partidos y una actitud coherente y eficaz en la política
instrumental, son indispensables para el éxito de las acciones grandes,
pequeñas y medianas, quizás todas ellas diferentes pero absolutamente
convergentes.
Aquí no se trata de
que sean radicales, peronistas, socialistas, de izquierda, de arriba o de abajo.
Se trata contundentemente de los
intereses superiores de la nación. Y eso aparentemente no ha sido
comprendido ni practicado, especialmente a partir de la llegada de esta ficción
de democracia, por los diferentes gobiernos de turno.
Por
lo tanto no llama la atención que no hayan existido planes nacionales
consensuados; o porque no se entiende o no se ha querido instrumentarlos.
Entregar la
estructura de inteligencia en manos de quienes no saben nada y su único
propósito es ser complaciente con el mandamás de turno, produce destrucción
sistemática, desmotivación y resultados escandalosos. ¿Qué empresa puede subsistir en cualquier ámbito, si para su
administración y operación se elige a inútiles, que inclusive se jactan de ese
disvalor?
La SIDE; SI o como se
intente bautizarla ahora; es la columna
vertebral del Sistema de Inteligencia Nacional. Los otros organismos de
inteligencia de las FFAA, de Seguridad, Policiales, ministeriales
(especialmente RREE) y hasta provinciales son miembros de ese sistema.
Es inconcebible
imaginar que cada uno de los mencionados instrumentos, se pueda mover en forma
absolutamente independiente y peor aún, con rivalidades, celos, deseos de
preeminencia, conflictos y pujas de intereses entre los mismos. Y esto ocurre cuando en el nivel y la especificidad
de cada área, el mandamás de turno les
impone misiones ajenas a su función, subalternas y sectarias y los incita a
desconocer su dependencia técnica con el organismo principal.
Los carpetazos para
perseguir y coaccionar opositores; las amenazas organizadas para su
implementación por distintos medios de comunicación y operaciones para condicionar las resoluciones
de funcionarios de otros poderes y lograr adhesiones; la contratación y apoyo
de sicarios, el armado de acciones psicológicas para desacreditar personas y o
instituciones, todo ello y otras metodologías posibles, forman parte de la
desnaturalización de un instrumento fundamental
que debe permanecer siempre y sin condicionamientos ¡¡¡¡AL
SERVICIO DEL ESTADO !!!!
Consecuentemente el
instrumento para articular esas convergencias y lograr la complementación de
niveles, ámbitos y especificidades hacia un objetivo superior, es la Comunidad
de Inteligencia Nacional, conformada por comunidades operativas en las
distintas jurisdicciones.
De otra forma es
imposible pensar seriamente que la actividad de inteligencia pueda ser efectiva
y eficiente para la conducción suprema del país.
Si las anormalidades
mencionadas persistieran en los hechos, tal como lo observamos y percibimos en
la realidad actual, estaríamos demostrando un primitivismo inexplicable y
vergonzoso.
Reiteramos
una vez más, el sistema de inteligencia no debe ser una herramienta para
beneficiar intereses personales y o facciones, dirigida por individuos
incapaces e irresponsables.
Otro factor de considerable importancia para el
funcionamiento adecuado de esta estructura es la disponibilidad de recursos
para implementar las acciones que correspondan.
Recursos que deben
ser empleados con la mayor reserva, seriedad, honestidad y eficiencia.
Este es el origen y
la necesidad de las llamadas "partidas
secretas", que todos los elementos disponen en mayor o menor magnitud
y que en el caso de la SI, SIDE o como se quiera llamar, son cuantiosos.
Naturalmente
es un medio impresionante al servicio de gobiernos y funcionarios habilitados y
una fuente constante de tentación para hacer lo que se les ocurra sin dar
cuenta a nadie. Menos aún concebir que son un coto de
caza de gobernantes y funcionarios cómplices
Y resulta necesario
por la índole de actividades que en esta particular área se desarrollan que estos recursos se puedan,
instrumentar y conducir constantemente, con presteza y optimización de
resultados.
En las experiencias
vividas durante los treinta y tantos años de democracia fallida, podemos
mencionar, sin agotar el inventario de hechos reprobables, transgresiones ejecutadas
por todos los gobiernos.
Durante el
alfonsinato para inventar un complot que permitiera efecto electoral favorable;
en ocasión del menemato el empleo habitual e indiscriminado de sobres voladores
para comprar jueces, periodistas y opositores; en el turno del gran durmiente
la disposición de fondos para posibilitar las coimas en el senado, finalmente a partir del kichnerato la suma de lo
mencionado y muchas transgresiones sistemáticas más.
No
cabe duda que los recursos secretos son la llave para el funcionamiento
eficiente de la estructura de inteligencia, pero; ¿quién le pone el cascabel al
gato?
Si bien se puede
hablar mucho más sobre una temática tan apasionante, creo haber mencionado lo
fundamental.
Aquí y ahora se abre
un camino que llevará con bombos y platillos a la situación de que algo cambie
para que nada cambie. Y todo seguirá igual aunque quizás con un nombre más
elegante. Y los vicios no serán erradicados porque no hay voluntad política
para ello. Y los arkitektos de esta reformulación exhibirán impúdicamente su
diploma de ignorancia absoluta sobre lo que deben gestionar, como una calificación
indispensable para cumplir su tarea similar a la de un elefante en un bazar.
Por
lo menos, así, lo veo yo.
El Soldado
Desconocido
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