21 de febrero de 2015
Editorial
La estrategia del
gobierno quedó definida en las últimas horas en Chapadmalal. De acá en más todo
el poder a La Cámpora y la implantación de “estado
de excepción”.
Los seis integrantes
de una “mesa chica de emergencia” no
se pusieron de acuerdo. Dos de ellos consideran que el planteo presidencial es “una locura de arrebato” (sic) y no
están dispuestos a acompañarlo.
Alguno de ellos
anunció además que en las próximas horas abandonará el barco y lo hará pegando
un portazo que hará mucho ruido.
Pese a ello la nueva
estrategia se puso en marcha inmediatamente.
Lo primero era que la
propia Presidente anunciara una ruptura formal con el Poder Judicial a los
efectos de generar, ahora sí, un conflicto de poderes que le permitiese dictar
el estado de excepción.
Y lo hizo con un
largo comunicado en las redes sociales en el que denuncia un golpe y acusa a la
justicia de haberse puesto a espaldas de la Constitución.
Dos elementos que
serán la justificación de la ruptura de la normalidad institucional y la
unificación del poder en su persona, lo que ocurrirá en el transcurso de los
próximos días. Cuenta para ello con el aval de un Congreso en el que mantiene
mayoría absoluta y cuyos integrantes están siendo citados por estas horas de
urgencia a Buenos Aires.
No solo cuestionó la
magnitud de la convocatoria del #18F, sino que la definió como “marcha opositora” y “destituyente”, con el objetivo “oculto e implícito” de ser “el bautismo de fuego del Partido Judicial”.
A lo largo de su
extenso texto, que publicó este mediodía en las redes sociales, la mandataria
analizó que el grupo de fiscales que convocaron la movilización es la “aparición pública e inocultable del Partido
Judicial”, “nuevo ariete contra los
Gobiernos Populares, que suplanta al Partido Militar en el rol que, en el
trágico pasado, asumiera respecto de Gobiernos con Legalidad y Legitimidad
democrática”.
“Ya
no se trata de golpes violentos que interrumpen el funcionamiento de las
instituciones y de la Constitución. La modalidad es más sofisticada. Articula
con los Poderes económicos concentrados y fundamentalmente con el aparato
mediático monopólico, intentando desestabilizar al Poder Ejecutivo y
desconociendo las decisiones del Legislativo”, sostuvo la
jefa de Estado.
En este sentido,
definió al Partido Judicial como “un
súper poder por encima de las instituciones surgidas del voto popular”,
como la Presidencia, cargo que detenta, o el Poder Legislativo.
En su reflexión, la
Presidenta comparó la marcha del miércoles con las realizadas en 2004 por Juan
Carlos Blumberg, y en 2008 por las patronales del campo, y citando la cantidad
de gente que en ese momento calcularon los diarios Clarín y La Nación, aseguró
que la cifra de 400 mil asistentes el miércoles resulta “patéticamente absurda y políticamente armada”.
“Las
fotos y sus perspectivas, sus propios textos, los lugares físicos comunes
ocupados y su capacidad tornan demasiado grosera la mentira”,
caracterizó.
En su explicación al
por qué de la presunta distorsión de las cifras, la mandataria aseguró que el
Partido Judicial debe aparecer con “respaldo
masivo” (no popular, concepto impensable para los que concurrieron al
evento) que avale y de aires de legalidad a cualquier mamarracho judicial,
independientemente de lo que digan las leyes, los códigos de fondo y de forma y
hasta la mismísima constitución.
Cristina ha decidido
quedarse, imitar a Maduro y demoler la república.
Y la cuenta regresiva
ya empezó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!