Parecería que en este gobierno ya nada
podría sorprendernos, pero no es así. Prácticamente todos los días hay una
sorpresa nueva. Lo lamentable es que siempre son sorpresas desagradables y
muchas veces también fuertemente agresivas y ofensivas.
Son varios los voceros informales del
gobierno, casi una “asociación ilícita
de decir disparates y falsedades”, pero entre ellos uno se distingue
netamente: Anibal Fernández. Un
verdadero lacayo de la presidente, que no hesita en decir cualquier cosa con
tal de agradarle o quedar bien con ella. ¿Dignidad? Hace tiempo que la
arrojó a los perros. También es muy probable que nunca la haya tenido.

Al ser indagado por los medios porque ahorraba en dólares, pareciera que
lo traicionó el inconsciente y enojado contestó: “Tengo dólares porque se me antoja;
hago lo que quiero con mi plata”. ¡Caramba!, la reacción del destituido jefe de
gabinete, un excelente ejemplo para la ciudadanía y una rebelión manifiesta y
pública contra los designios de su “Patrona”.
Si los argentinos no piensan en pesos, sino
en alguna moneda extranjera, es responsabilidad
exclusiva y total del gobierno, para ser justos también de los gobiernos que
precedieron a estas dos últimas gestiones,
que instrumentan mal sus políticas y sus administraciones y lograron consecuentemente
espantar la credibilidad y confianza de sus representados, como asimismo al
capital internacional.
Pero el objeto de esta nota no es hablar de
este compadrito, “charlatán de feria”
como lo catalogó un importante sindicalista, sino de los ya conocidos excesos y
dislates de la presidente.
Es indudable que la presidente encabeza
esta “asociación ilícita de disparates y
falsedades”.
Cristina atiene una facilidad oral notable,
verdaderamente fuera de lo común. Esta cualidad encandiló, en un principio, no
solo a los argentinos sino también a autoridades y funcionarios de alto nivel
del extranjero.
Pero con el transcurso del tiempo se notó,
y ahora es más que evidente, que las neuronas de la presidente, no solo no
están a la altura de su capacidad oral, sino que están fuertemente retrasados en comparación de una persona
medianamente normal.
No solo ello, sino también está totalmente
fuera de los parámetros lógicos, su criterio y sentido común. En oportunidades,
se agrega su expresa falta de honestidad
y mala fe… y también, no hay que olvidarse, su falta de equilibrio personal.
Este coctel de defectos, debilidades y anti-virtudes,
al ahora hacerse perfectamente evidente, inclusive a los ciudadanos más
cándidos y distraídos, hace que
actualmente Cristina sea absolutamente no creible y confiable.
Un reciente ejemplo de su falta de cordura y sentido común es
pedir a sus ciudadanos, a sus gobernados de
los cuales debería ser un claro ejemplo, que abandonen su costumbre de
ahorrar en dólares y lo hagan en pesos, cuando ella tiene atesorados cerca de
U$S 3.100.000, su hotel en Calafate anuncia sus habitaciones en dólares y su
difunto esposo que compró la suma de dos millones de dólares aprovechando una
información confidencial que disponía en función de su alta jerarquía.
Otra falta de sentido común, de sus numerosos
ejemplos, es mantener a funcionarios corruptos en sus funciones. Incluyo en
este aspecto, al vicepresidente acorralado por infinidad de evidencias y
pruebas sobre su relación y/o participación con el escándalo Ciccone
Calcográfica y otros graves delitos.
Su mala fe se evidencia en muchas
ocasiones, fundamentalmente cuando expresa aspectos aparentemente inocentes, con un fin ulterior perverso y maligno.
Un ejemplo es cuando manifestó en un discurso refiriéndose al creador de
nuestra insignia nacional como el doctor
Belgrano o cuando dijo muy recientemente que la conscripción militar los hacían los negritos y los pobres.
En ambos casos, estas desafortunadas frases
fueron ofensivas para uno de los mayores
próceres de nuestro país, para los negritos y pobres que hicieron la
conscripción y fueron pronunciadas públicamente para menospreciar, desprestigiar y socavar a nuestra FF.AA.
Afortunadamente no pronuncio estas venenosas
frases, ante los sobrevivientes del Crucero
ARA “Dr. Belgrano” como tampoco en el segundo caso, a los pobres y negritos que recuperaron
o pelearon en la guerra de Malvinas.
Las consecuencias podrían haber sido seguramente
violentas.
Las falsedades, los engaños, la
tergiversación y el veneno que destilan las palabras de esta “asociación ilícita de la verborragia y
falsedad gubernamental” ya está sobrepasando todos los límites
Y Cristina, presidente emérita de esta
lamentable asociación, en su
desesperación ante su segura caída, juicio y prisión consiguiente, incrementa
sus torpezas, no solo verbales, sino también en sus decisiones gubernamentales
que hace que el fin se precipite más rápidamente.
Utilizando su “académica” clasificación a
lo expresado por su principal aplaudidor
puedo afirmar que la presidente desde ya muy temprana edad toma
diariamente dos comprimidos que condicionan
negativamente su gestión: “ineptisol”
e “incapasimina” (De este ultimo, dos
comprimidos diarios).
Debería tomar también algún remedio para
combatir su “incontinencia verborrágica
aguda” que tanto mal le hace a su
labor presidencial
Solo esperamos que la presidente se recupere
y vuelva a la normalidad.
31-May-12 Dr.
ALFREDO RAÚL WEINSTABL
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No van ha cambiar, vienen por todo. Ella y sus secuaces.
ResponderBorrarComo podría explicarlo, carecen de moral y no les importa La Repúbica.
Ojala, lo pueda ver y terminen sus dias en la CARCEL todos ellos.
Estimado GAUCHO 1941:
ResponderBorrarEl día que este país vuelva a ser una "REPÚBLICA"... ellos y ellas deberán rendir cuentas ante la JUSTICIA, no la de ahora que peca deptan. "obediencia debida al poder de truno", si no ante la verdadera JUSTICIA. Dios y la Patria se lo reclamarán. Demasiado daño han producido a un país, que para dirimir sus diferencias se bañó en sangre. Y ahora pretenden engañarnos con un "relato oficial" que ni siquiera aceptan los propios combatientes de esos años aciagos.
Tranquilo... que tanto arar la tierra, crecerá la buena semilla.
Un Gran Abrazo!