sábado, 2 de junio de 2012

Uruguay, en busca de la concordia


El gran contraste de la política de estado de la República Oriental del Uruguay implementada por e presidente José “Pepe” Mugica” se enfrenta contra le realidad de una política opuesta en su vecina orilla del Río de la Plata… mientras en Uruguay buscan cicatrizar definitivamente las heridas de su guerra interna, en la República Argentina se busca lacerar esas heridas y dividir a la sociedad en una atmósfera de odio.


Ya publicamos notas sobre este tema “El ejemplo uruguayo… para imitar” el pasado sábado 19 de mayo de 2012.
Y volvemos a insistir el Protocolo II, adherido por nuestro país, es la solución política y democrática a este problema.


Miércoles 30 de mayo de 2012 | Publicado en edición impresa
Editorial II

Uruguay, en busca de la concordia

El comandante en jefe del Ejército rindió homenaje a soldados asesinados por la organización Tupamaros en los 70.

El comandante en jefe del ejército uruguayo, Pedro Aguerre, rindió homenaje a los soldados Saúl Correa Díaz, Osiris Núñez Silva, Gaudencio Núñez Santiago y Ramón Ferreira Escobar, que fueron asesinados por la organización Tupamaros el 18 de mayo de 1972.

El acto se realizó ante el monumento que recuerda a los conscriptos muertos, inaugurado en 2004 por el entonces intendente de Montevideo, Mariano Arana, integrante del Frente Amplio, partido que hoy gobierna el Uruguay bajo la presidencia de José Mujica, quien fue integrante de la organización guerrillera Tupamaros y que sufriera una dura prisión durante el gobierno militar.

El general Aguerre expresó que su discurso tenía como objetivo el espíritu de "colaborar con la reconciliación de todos los uruguayos", buscando superar las heridas del cruento enfrentamiento que existió en ese país, a semejanza de lo ocurrido en otras naciones latinoamericanas, como la Argentina.



Lo rescatable y noble del hecho es que el acto encabezado por el jefe del ejército contó con la aprobación del propio presidente Mujica y del actual ministro de Defensa uruguayo, Eleuterio Fernández Huidobro, también integrante en aquellos años de plomo del triunvirato de la conducción de la organización Tupamaros.



El año pasado, Fernández Huidobro, siendo senador, al igual que su par Jorge Saravia, hoy precandidato a presidente por el Partido Nacional, hicieron pública su oposición a que se derogara la ley de caducidad en el Parlamento, ya que había sido ratificada por dos referéndums constitucionales votados por la amplia mayoría del pueblo uruguayo.
Ese ejemplo tiene similitud en nuestro país con las propuestas de la Asociación de Abogados por la Justicia y Concordia, que celebró en la última Feria del Libro una mesa redonda de la que participaron militares retirados, ex guerrilleros y familiares de las víctimas, tanto del accionar guerrillero como de la represión militar, y a las que nos hemos referido en estas columnas el 13 de este mes.
A su vez, la actitud del gobierno de Mujica contrasta con la voluntad asumida a partir de 2003 por los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, empeñados en reabrir heridas, generar odios, divisiones y rencores, y promover venganzas basadas en un relato parcial y asimétrico de lo ocurrido en la trágica década del 70, en la que se enfrentaron argentinos, con sus consecuencias de dolor, sangre y muerte.
Es deber de un gobernante promover la reconciliación nacional ante un hecho traumático del pasado, así como buscar el bien común y la concordia, tal como lo intenta el gobierno uruguayo, tan distante de lo que ocurre en nuestro país

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