En estas circunstancias
históricas que atraviesa la Patria nadie puede permanecer indiferente. Se están
produciendo hechos que modifican desde ahora y hacia el futuro la convivencia
nacional y las instituciones políticas, poniéndose en serio riesgo el estilo de
vida y la libertad de los argentinos. Es inadmisible que un gobierno que tiene
acotados límites temporales y limitadas atribuciones, según el texto
constitucional por el cual ha sido instalado, asuma la totalidad de los poderes
del Estado, quedando a su discreción la vigencia de las más elementales
garantías de los ciudadanos, en una atmósfera saturada por la corrupción. Esto
es lo que está sucediendo en nuestro país.
El Ateneo de la República,
preocupado por esta situación, hace un llamado a todos los argentinos y en
especial a quienes tienen algún protagonismo en la sociedad, para que asuman el
grave estado de avasallamiento de las instituciones por parte del actual Poder
Ejecutivo, que en complicidad con parlamentarios disciplinados, no tiene prejuicios
ni repara en medios para lograr la suma del poder público. Es impostergable que
los distintos sectores sociales, ante esta triste realidad, cualquiera que sea
la ideología que sustenten, se propongan como objetivo común y absolutamente
prioritario, la restauración plena de la República y el castigo ejemplar de
todos aquellos que la están profanando, como infames traidores a la Patria,
según lo dispone el art. 29 de la Constitución Nacional.
Diógenes Hugo de la Colina
(presidente),
Tomás de Anchorena
(vicepresidente)
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