“En la escuela del sufrir,
He tomado mis lecciones,
Y he hecho mis reflexiones
desde que empecé a vivir”
(Martín Fierro)
He tomado mis lecciones,
Y he hecho mis reflexiones
desde que empecé a vivir”
(Martín Fierro)
Sobran agravios y faltan propuestas. Oímos en estos días discursos nada
edificantes pronunciados desde oficialismo tales como el autoelogio, la
permanente descarga de rencores y odios contra todo lo que se haya opuesto o se
oponga a sus proyectos “progresistas”
o a sus simpatías ideopolíticas. ¿Autocrítica?, ninguna.
Ante un posible debacle
electoral, estos verdaderos nómades políticos de ayer, han empezando a
dividirse hablando mal los unos de los otros, mientras el costo de vida va en
constante aumento, la producción es esquilmada, los impuestos agobiantes, el
comercio en dificultades, la cresta de inflación en constante crecimiento, la inseguridad física, jurídica y laboral
subsisten, mientras la salud, la educación y el transporte público de
pasajeros, que reciben millonarios subsidios, se encuentran colapsados.
El “proyecto
transformador progresista” del kirchnerismo
logró “disciplinar” con despiadadas críticas (esquirlas
difamatorias en la mayoría de los casos mendaces), con dinero y/o “protección” o buena predisposición,
según se trate, a la Iglesia Católica, al empresariado, a la prensa, a las
Fuerzas Armadas y de Seguridad, al sindicalismo, a políticos, logrando también
por esos medios y otros aún más vergonzosos
y perversos, una subordinación
casi obsecuente del Poder judicial.
La desorientación y la inmoralidad
política y social, junto a la pobreza y la indigencia, lograron relajar las
buenas costumbres en nuestro país, y a partir de allí, cada uno de los aspectos
infinitos de nuestra vida colectiva, pública, e individual, está demostrando
que vamos en franco retroceso. Lo lamentable es que hemos aceptando esta
realidad con una indiferencia vergonzosa, explicable sólo en pueblos en
decadencia en donde el camino del corazón, pasa primero por el estómago, o el
bolsillo.
Un llamado de atención: desde la óptica
de la psicosociología es posible advertir, mediante la observación directa, la
desintegración y desadaptación social imperante. El fenómeno de desintegración
está incrementando, por dualidad de valores, el individualismo, el hedonismo, y
la amoralización o desmoralización de la conducta de los individuos, como así
también la de los distintos grupos sociales.
El país está contenido en su
progreso, mientras los que esperan “tener
suerte” en las próximas elecciones hacen y prometen lo suyo, la desintegración
social se va difundiendo a través el espíritu de facción que reina en nuestra
vida moderna en los intereses de grupos innumerables y contrapuestos que,
imposibilitados de comprenderse y conciliar voluntades entre sí en un PROYECTO NACIONAL CONSENSUADO, se
consumen en inútiles rivalidades, fabulando, inventando y reelaborando historias, tantas veces como
sea necesario, para controlar el contraste entre el pasado reciente y el
presente para poder diseñar SU “futuro de grandeza” ¿y el NUESTRO como país, para cuándo?.
La anomia existente en el cuerpo
social que puede llegar a contaminar y a debilitar las raíces de nuestra
democracia, impacta prevalentemente a las clases media y baja traduciéndose en
ansiedad, tensión, desorganización de las relaciones del grupo primario, junto
a una marcada y manifiesta frustración.
Los problemas que acosan hoy al
país son ciertamente graves, pero el futuro que estos problemas presagian lo
son más, en virtud de que la sola dinámica de la desorganización social, nos está
indicando los pródromos de una altamente probable disociación (descohesión
social, antagonismos políticos irreductibles, incrementos meteóricos de
comportamientos colectivos patológicos y hasta cuestionamientos de los mismos
fundamentos federativos de la integridad geopolítica de la nación).
SE PRONOSTICAN MÁS GOLPES QUE PALMADAS… Y es en medio de esta
dolorosa realidad en donde debiera estar estudiando un verdadero estadista
libre de toda pasión egoísta y con un verdadero gesto de grandeza, todas las
soluciones posibles a fin de desinstalar
conflictos, pacificar y superar diferencias producidas en ese pasado reciente,
comprometiéndose públicamente en la lucha contra la corrupción, la droga, la
mentira, la injusticia, la impunidad, los individualismos indiferentes,
asegurándonos la división e independencia de los tres Poderes de la Nación …,
porque si seguimos como estamos, mientras más miremos y meditemos la cruda
realidad descripta, nuestro corazón se
desesperará, la voluntad se perderá, y a muchos no le quedarán ganas ni
voluntad de terminar con tantas miserias (y miserables) en las próximas
elecciones.
¿Conoce usted a ese estadista?, porque para los problemas que
sobrevendrán a nivel nacional, regional, continental y mundial, NECESITAREMOS UN MUY BUEN PILOTO DE
TORMENTA…
En azul y blanco HUGO CESAR RENES políticamente
candidato A NADA.
“Es necesario sellar definitivamente el reencuentro de los argentinos;
eliminar los motivos de encono, los pretextos de revancha y los últimos
vestigios de persecución” Arturo
Frondizi
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