“El primer paso para el camino de la reconciliación” |
22/01/14
Los denominados
juicios de lesa humanidad que se vienen desarrollando en todo el país, además
de estar cargados de una notable parcialidad y sesgo a favor de los
querellantes, tienen una característica singularísima: las penalidades son más
severas cuanto menor es la jerarquía. Algo insólito y contrario a cualquier
razonamiento por primitivo que sea.
Esta conducta
favorece a quienes elaboraron la idea rectora, objetivos políticos y
estrategias en materia de “lucha contra
la subversión”.
Hoy en día, prácticamente,
ningún general se encuentra alojado en una cárcel común. Hay dos que todavía
permanecen en tal situación y están pidiendo, casi desesperadamente, que se les
otorgue el arresto domiciliario.
Hagamos un simple
ejercicio intelectual. Tomemos una expectativa de vida de unos 85 años (algo
totalmente teórico); una condena de 25 años significa para un general o coronel
(todos mayores de 80 años), solamente 5 años de prisión morigerada, mientras
que para un teniente o cabo (todos de alrededor de 60 años), tal condena se
traduce en 25 de cárcel efectiva. Estos últimos no tenían poder de decisión ni
preparaban planes, sólo conocían las más pequeñas fracciones sin evaluar las
órdenes impartidas por sus jefes, capitanes, mayores y tenientes coroneles. Así
se dan casos en que un simple teniente se ha visto condenado a prisión
perpetua, mientras que el jefe, segundo jefe o jefe de subunidad ni siquiera
han sido imputados. Se impone la conclusión de que si tuvieran un mínimo de
dignidad deberían presentarse ante los tribunales por su propia voluntad.
Considero que la
asunción de sus responsabilidades por parte de los oficiales superiores y jefes
sería el primer paso para llegar a la verdad e iniciar el camino de la
reconciliación.
Rafael Mariano Braga
marianobraga50@yahoo.com.ar
marianobraga50@yahoo.com.ar
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