"No
recuerdo ningún caso en que el Generoso Monarca
le retirase el nombramiento a alguien o
le apretara
las tuercas por motivos de corrupción.
¡Que se corrompiese cuanto quisiese pero,
eso sí, que demostrase su lealtad!
Ryszard Kapuscinski
las tuercas por motivos de corrupción.
¡Que se corrompiese cuanto quisiese pero,
eso sí, que demostrase su lealtad!
Ryszard Kapuscinski
Debo recordar que he
escrito infinidad de notas, como puede verse en mi blog, describiendo el
terrible nivel de corrupción que el gobierno de los Kirchner tiene desde su
mismo origen en la Provincia de Santa Cruz, y lo califiqué como un genocidio,
tal como se define este delito de lesa humanidad en el Estatuto de Roma, que
entró en vigor en 2002 y que, a partir de su firma por nuestro país, tiene aquí
rango constitucional.
En efecto, su
artículo 6° caracteriza como tal a los actos perpetrados con la intención de destruir
total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso mediante
la matanza de miembros del grupo; la lesión grave a la integridad física o
mental de los miembros del grupo; el sometimiento intencional del grupo a
condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o
parcial; las medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo;
etc.
Sobre la base de esa
definición, y visto que los directos perjudicados por la inacción del Estado
frente a las necesidades básicas, garantizadas por la Constitución, pertenecen
a los estratos más humildes, resulta claro que se está actuando con el
propósito de eliminar individuos y comunidades enteras, sobre todo aborígenes;
esos mismos que la falsa política de derechos humanos que integra el
"relato" dice privilegiar. Resulta obvio que en la Argentina el
Gobierno y sus integrantes está cometiendo un verdadero genocidio.
Sabía que, en los
últimos once años, se han recaudado nada menos que un millón de millones de dólares,
y más allá de preguntarme desde siempre dónde están, ya que nos hemos
empobrecido en caminos, en puertos, en comunicaciones, en hospitales, en
viviendas, en electricidad, en petróleo, en gas, en ferrocarriles, etc., pero
el programa de Jorge Lanata del domingo pasado, cuando mostró qué sucede en los
comedores escolares -donde los chicos lloran de hambre porque ni siquiera
alcanza el pan y se carece de leche- de las provincias argentinas, consiguió
revolverme el estómago.
Los montos asignados
a la alimentación diaria lo dicen todo: Jujuy ($ 3,50); Chaco ($ 4,50);
Misiones ($ 3,50); Catamarca ($ 4,00); Entre Ríos ($ 3,80); Buenos Aires ($
6,30), es decir, menos de US$ 0,50 por día, y sólo cuando esos comedores
funcionan, explican mi indignación. Hace unos meses, además, el mismo programa
había reflejado los problemas que la desnutrición infantil provoca, en las
provincias del norte, en el desarrollo cerebral de los niños afectados.
Todos hemos
contemplado, impertérritos, las inexplicables mansiones y otros lujos (aviones,
yates, autos de altísima gama, relojes y joyas exhuberantes) de los que
disponen la Presidente, Guita-rrita Boudou, los gobernadores, los ministros,
los secretarios presidenciales, los testaferros y hasta funcionarios de menor rango.
Nos reímos cuando se enumeran los fabulosos sueldos que perciben los nuevos
burócratas, carentes de todo mérito, que La Cámpora -tan justamente calificada
como "agencia de colocaciones" por Jorge Asís- ha introducido por la
ventana en las empresas y en reparticiones del Estado de toda laya.
Pero, cuando todos
esos horrores se contrastan con el hambre de los chicos, con su desnutrición y
su mortalidad, y vemos cuántos de nuestros conciudadanos viven en inmundas
covachas y carecen de los elementos más elementales para tener una vida digna,
a todos los argentinos de bien debería saltársenos la llave térmica. Pensar en
el mejor destino que las montañas de dinero que se gasta en subsidiar
Aerolíneas Argentinas y Fútbol para Todos, o en la publicidad de la inexistente
gestión de los diferentes gobiernos, debiera motivar masivas manifestaciones de
una sociedad que, lamentablemente, está inficionada por el peor virus, el
"sálvese quien pueda" que hoy nos caracteriza.
Que tipos como
Capitanich/Bacileff Ivanoff (Chaco), Closs (Misiones), Insfrán (Formosa),
Fellner (Jujuy), Urtubey (Salta), Alperovich (Tucumán), los Zamora (Santiago
del Estero), se comporten como señores feudales de las provincias más pobres de
la Argentina, roben sus bienes y gasten sus magros presupuestos en flotas
aéreas o en vivir con modos dignos de un maharajá, o que Scioli (Buenos Aires)
se atrase en el pago a los comedores escolares para solventar sus maniáticas
"ondas naranjas", clama al cielo cuando la pantalla del televisor nos
muestra cómo viven, y cómo mueren, tantos de los habitantes de sus provincias.
La vocación de los
holdouts por perseguir fondos del Estado a los cuales echar mano, y tal como ya
hicieron con el Congo en los 90's, los ha llevado a efectuar una presentación
ante la Justicia norteamericana aduciendo que el dinero proveniente de la
corrupción pertenece, en realidad, a la Argentina, y han obtenido de un Juez
del Estado de Nevada una orden para que las ciento veintitres sociedades que se
atribuyen a Bóvedas Báez expliquen quiénes son sus dueños y exhiban sus
contabilidades, y todo ello en un plazo perentorio de treinta días; el propio
Juez calificó a doña Cristina, a don Néstor (q.e.p.d.) y a Báez como "trío
siniestro". Es decir, serán nada menos que los fondos "buitre"
quienes -ante la inacción de la Justicia argentina, encarnada en el caso por el
Juez Casanello- nos permitirán conocer la ruta del dinero robado aquí que,
previo paso por varios paraísos fiscales, regresaron ya lavados y planchados.
Estamos hablando de
montos hurtados -o distraídos en actividades ridículas- que, como es obvio por
su magnitud, permitirían alimentar razonablemente a los miles de chicos
argentinos que hoy pasan hambre o mueren en la primera infancia, y atender la
salud y el déficit habitacional de miles de ciudadanos, construir hospitales,
cloacas y escuelas, etc.
Para tener una idea
acerca de la realidad social que nos dejará la "década ganada por tan
pocos", basta con revisar algunas cifras del indiscutido Observatorio
Social de la Universidad Católica. El 25% (diez millones) de los argentinos no
tiene empleo formal, vivienda digna, educación de calidad y salud suficiente;
casi el 50% de los trabajadores tiene trabajo precario o indigente (por
ejemplo, "cartoneo"); la desnutrición alcanza a tres millones de personas;
el 37% de los jóvenes no consigue terminar el secundario, y el 20% es
"ni-ni", porque no trabajan ni estudian; el 10% de las viviendas no
tiene agua corriente, y el 30% cloacas; el 90% de los trabajadores registrados
gana menos de US$ 1300 al mes, y el 85% de los jubilados percibe US$ 200
mensuales.
Y si comprobamos que
los carteles de la droga y los laboratorios creados para contrabandear
efedrina, con la complicidad activa de funcionarios de alto rango del Gobierno,
financiaron la campaña presidencial de Cristina Kirchner y están matando con el
"paco" y la violencia a los mismos que la corrupción ha transformado
en "ni-ni", se completa claramente el cuadro de genocidio del que
acuso a todos estos malparidos.
La Presidente, el
jueves, olvidó que los mayores "buitres" de la Argentina son ella
misma y todos los que la rodean, y que lo que está sucediendo en la economía es
sólo fruto de su empecinamiento en encomendar su conducción a alguien tan
inexperto y tan torpe como el Bambino Kiciloff. Así, evitando asumir cualquier
responsabilidad, anunció que denunciará a la empresa gráfica Donnelley, que
pidió su propia quiebra, de infringir la ley antiterrorista. Con ello, avanzó
un poco más hacia la "chavización" de la sociedad, tendencia que se
incrementa con el proyecto de ley de abastecimiento que enviará al Congreso en
esta misma semana.
Más allá de los
discursos, vuelvo a preguntarme: ¿quién le teme a Cristina Kirchner? Porque una
cosa es intentar este nuevo giro para un régimen con fuerza política y militar,
como era el del papagayo caribeño e intenta ser el de Maduro, y una muy distinta
es querer modificar las bases fundamentales de la sociedad cuando el poder del
que se disponía se ha deshilachado, se encienden focos de protesta y
resistencia en todos los resquicios de la economía, y ninguna medida que el
Gobierno adopta tiene efecto alguno.
A contramano de la
sensación de pánico que invade tanto a los opositores como a las asociaciones
empresariales, creo que todo cuanto formó parte del discurso presidencial del
jueves sólo consigue suscitar un odio mayor hacia los Kirchner y sus funcionarios,
un sentimiento que sólo podrá ser satisfecho cuando todos ellos deban desfilar
ante los jueces de Comodoro Py, que necesitarán lavar su imagen pública después
garantizar, durante tantos años, impunidad a la corrupción.
Para finalizar, un aviso
parroquial. El martes 19 (a partir de las 14:30) y el miércoles 20, los
miembros de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia,
constituiremos, con el concurso de distinguidas personalidades
latinoamericanas, el Foro de Buenos Aires, que se llevará a cabo en el Hotel
Meliá (Reconquista 945, Buenos Aires), con entrada libre y gratuita, previa
confirmación a justiciayconcordia@justiciayconcordia.org
o al teléfono (011) 5273 9978. El
programa, y los nombres de los disertantes pueden verse en www.justiciayconcordia.org. Nos
gustaría mucho que nos acompañara.
Bs.As., 17 Ago 14
(Día del fallecimiento del Padre de la Patria)
Enrique
Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
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