Viernes 10 de
octubre, 2014
Por: Claudia Peiró
Hace una semana, La
Cámpora lucía sus pecheras en la marcha a Luján, multitudinaria muestra de
devoción mariana en nuestro país, pero unos años atrás el kirchnerismo prohibía a los militares argentinos honrar a la Virgen de
Lourdes, el célebre santuario francés hacia el que todos los años convergen los
ejércitos del mundo para un acto simbólico de reconciliación; una tradición
nacida en la posguerra.
Era el año 2006, y la
entonces ministra de Defensa, Nilda
Garré, negaba la autorización a las Fuerzas Armadas para enviar el año
siguiente una delegación a la peregrinación internacional de militares al
santuario de la Virgen de Lourdes, en el sur de Francia; un evento del cual venían participando parte desde hacía unos 15 años.
Cabe aclarar que esa
reunión internacional de militares es una iniciativa
de Francia e Italia, al concluir la Segunda Guerra Mundial, pensada como símbolo de reconciliación y con la
finalidad de rezar por la paz en todo el
mundo. El mismo lema de la marcha de este año a Luján, justamente.
Pero en aquellos
tiempos, el revanchismo setentista se
unía al malhumor que las homilías sin concesiones del Arzobispo de Buenos
Aires, Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, causaban en el presidente Néstor
Kirchner y su esposa. Inmejorable ocasión para matar dos “pájaros” de un
tiro y castigar en una sola movida a la Iglesia y a las FFAA… El “relato” a
pleno.
La excusa pública no
fue ésa, por supuesto, sino las consabidas limitaciones presupuestarias.
Los llamados a la
reconciliación, a la concordia, al perdón, reiteradamente formulados por
diferentes voceros de la Iglesia, caían en saco roto. Y el Ministerio de
Defensa parecía una usina de ideas de cómo recortarles cada vez más funciones a
las Fuerzas Armadas, que por ese entonces hasta perdían el derecho a elaborar
la cartografía nacional.
Para tener una idea
de la dimensión del evento, digamos que en la peregrinación al célebre
santuario francés de Lourdes de aquel mayo de 2006 habían participado 15.000 militares de todo el mundo, con
sus familiares, además de personal civil de las diferentes fuerzas armadas. En
total, hubo 300.000 peregrinos del mundo entero. Dieron el presente
delegaciones castrenses de Estados
Unidos, Polonia, Ucrania, Costa de Marfil y Corea del Sur, entre otros, además
de la Guardia Suiza del Vaticano.
A la misa de aquel
domingo 21 de mayo, oficiada por el obispo de Tarbes y Lourdes, monseñor
Jacques Perrier, asistieron también los ministros de Defensa de varios países,
como Austria, Croacia e Italia, y lógicamente de Francia, país anfitrión.
Aquella sería la
última ocasión por varios años en que la Argentina dio el presente en Lourdes.
En 2007, les estaría vedado el viaje.
Cabe subrayar que,
desde 1958, la presencia de militares de todo el mundo en Lourdes es un
acontecimiento altamente simbólico de la reconciliación entre los pueblos.
No resultaba
incoherente entonces que el
kirchnerismo, que venía construyendo su poder a través del choque con
instituciones desgastadas y de la promoción de una enemistad social que sigue
envenenando nuestra cotidianeidad, decidiera desertar de ese acto,
negándoles a sus militares el permiso para viajar.
Hoy, con mucho menos
oxígeno, la administración de Cristina Kirchner busca aire y bendición
acercándose a aquello de lo cual renegó, en tiempos más ventajosos. Y con ese fin, no escatiman euros, si
se piensa que la última escolta que llevó la Presidente a Santa Marta estuvo
integrada por más de 30 personas.
Las delegaciones de
nuestras Fuerzas Armadas a Lourdes eran mucho
más modestas, desde ya. Quince militares en el año 2004, para participar de
la que era la 45ª peregrinación militar internacional (PMI); apenas dos (2) en
2005 –ya arreciaba el relato antimilitarista- y 4 en 2006.
Luego
vino una larga ausencia: de 2007 a 2012 la bandera argentina no flameó en la
peregrinación.
Pero ya en 2013, una
persona representó a la Argentina en la que fue la 55ª PMI.
Y en 2013 tuvimos una
nutrida –aunque siempre magra en relación con la peregrinación vaticana de La
Cámpora- delegación de 12 militares (1).
Considerando el
oportuno brote de devoción que se ha apoderado del oficialismo, creo que estamos en condiciones de
pronosticar un número similar o mayor para el año que viene.
(1) Estos datos fueron gentilmente
proporcionados por el coronel francés Pierre Enclos, secretario general de la Peregrinación
Internacional a Lourdes
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