MIAMI.- El asesinato
del joven diputado oficialista Robert Serra, asesinato con claros elementos de
satanismo y vendetta, se ha convertido en un nuevo show colorado y en motivo de
absurdas acusaciones tanto a nacionales como a extranjeros, que bien aturden y
desvían la atención que pueda centrarse en la situación de ruina que impera en
el país, la inseguridad que hace que seamos uno de los países con más
homicidios en el mundo y la impunidad como efecto imperante
Columnista | 08 de
octubre de 2014
MIAMI.-
@eleonorabruzual
Cuando una encuesta
de opinión realizada en Venezuela (Hercon Consultores del 22 al 25 de
septiembre / 2014) refleja que el 68% de los venezolanos clama por un cambio de
Gobierno, no se puede perder de vista el desespero que esto causa a la
nomenclatura roja consciente de que perder el poder les acarrearía juicios
penales de toda índole.
Tampoco que ese
desespero les lleva a cualquier exabrupto buscando recuperar seguidores y
aterrar a quienes les adversan. Con ese conocimiento asumamos los últimos
sucesos y sobre todo las respuestas que han generado Nicolás Maduro y buena
parte de la cúpula roja, que muestra que el temor por la pérdida del poder
busca en la muerte la recuperación de seguidores aunque sea hermanándoles en el
odio y a opositores agudizándoles el deseo de emigrar…
Por eso el asesinato
del joven diputado oficialista Robert Serra, asesinato con claros elementos de
satanismo y vendetta, se ha convertido en un nuevo show colorado y en motivo de
absurdas acusaciones tanto a nacionales como a extranjeros, que bien aturden y
desvían la atención que pueda centrarse en la situación de ruina que impera en
el país, la inseguridad que hace que seamos uno de los países con más
homicidios en el mundo y la impunidad como efecto imperante.
La muerte de Serra se
suma a las miles que se generan en una tierra donde se arruinó el agro, la
industria, el comercio y la única cosecha es de cadáveres producto de la
violencia y el odio como política de Estado. Muerte tan inaceptable como para
la gente normal es la de los cientos de miles de ciudadanos abatidos por
hampones y sociópatas que bañan de sangre a Venezuela. No es ni única ni
producto de una conspiración. Es una más que genera la impunidad, la
descomposición social, la tragedia de tener en el poder a lo peor de un país.
Y esos transgresores
que vienen -hace más de 15 años- desde un poder omnímodo destruyendo
integralmente a Venezuela, son piezas de un ajedrez siniestro jugado por el
mismo que desangró y arruinó a Cuba y ha sembrado de odio y muerte a muchas
regiones de América Latina y también de África.
Por eso el asesinato
del joven Serra no es otra muerte en la larga estadística… No. Hay que darle
otro tinte, otra connotación. Hay que aprovecharla para avivar el odio y
recuperar seguidores… Con ver lo que dice ese "cagalitroso demonio cubano
o leer lo dicho por un compinche amoral como Ernesto Samper tenemos para
entender la “Producción y el casting” de este nuevo Show.
Fidel Castro, afirma
que el asesinato de Robert Serra se ajusta a lo anunciado por los “enemigos”
del Gobierno venezolano y agrega: “Sería tan increíble, y de tal modo ajustado
a la práctica de los peores organismos yankis de inteligencia, que la verdadera
casualidad fuera que el repugnante hecho no hubiera sido realizado
intencionalmente”. Sumémosle lo dicho por ese personaje turbio, desacreditado
que es Ernesto Samper “Pana Burda” del castrochavismo y del narcotráfico, su
ala financiera. Samper, apuradito, declaró: “Es una preocupante señal de
infiltración del paramilitarismo colombiano”, declaración que María Ángela
Holguín, canciller colombiana, cuestionó al decir: “Me parece que las
comunicaciones del secretario general de Unasur competen más al área de la
integración de los países de Unasur que a las situaciones puntuales de un país
y menos a una situación donde tiene que haber una investigación de por medio“…
Y no sé qué ha
obligado a investigar y a dejar filtrar informaciones, pero ya se sabe que fueron
50 puñaladas las que le propinaron a Robert Serra. Saña y un espeluznante
ritual muestra este crimen. Una semana
ha transcurrido donde Maduro, Diosdado Cabello y otros enfermos de odio han
buscado culpables que les ayuden a recuperar seguidores y a alborotar el odio…
Algo pasó. Ya este pasado martes se conoció que hay muchos detenidos por el
crimen entre ellos funcionarios de Policaracas que eran escoltas del
parlamentario. Tanto armaron al malandraje que ahora la "robolución
bonita" nos muestra cómo se matan entre ellos. El colectivo "Escudo
de la Revolución" muestra sus fauces.
El duelo nacional no
tenía que decretarlo Maduro… lo vivimos todos porque Venezuela es una inmensa
morgue y un lugar de despedidas donde 90% de los que emigran son universitarios,
40% tienen maestría y 12% son doctores y va quedando sólo una malatía social
que les conviene.
Buena parte del país,
unos esperanzados, otros engañados y muchos cómplices, llevaron al diablo a
Miraflores... Ahora para dormir cuentan muertos.
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