Estimados Amigos:
El martes 10 de
febrero de 2015 publicamos una carta
del señor Coronel (R) Juan Carlos Jones Tamayo, en
la cual narraba la experiencia vivida en el Combate de Pueblo Viejo. Este destacado Oficial Superior de Ejército
Argentino actualmente se encuentra injustamente detenido como “Prisionero de Guerra” en el CPF 3 - CFNOA - Complejo Penitenciario
Federal de Noroeste Argentino, en la localidad de Güemes de la provincia de Salta.
Cnl (R) Juan Carlos Jones Tamayo |
Hoy unos pocos
argentinos conmemoran ese primer combate en la espesura del monte tucumano, el
relato oficial del poder de turno se ha encargado de ocultar y desvirtuar esa
victoria contra el terrorismo rural. La mayoría de ha dedicado a celebrar el “Día de San
Valentín o de los enamorados”, una fiesta que no es de tradición
criolla a pesar de provenir de la antigua Roma (siglo III). Hemos recibido la
extraordinaria nota de nuestro amigo José
“Pepe” Milia y decidimos subirla
a nuestro blog, como el mejor homenaje a todo el Equipo de Combate del GAM5, a
sus caídos en combate y a los sobrevivientes nuestro mayor respeto y gratitud
por haber defendido la Patria cumpliendo órdenes legales y constitucionales.
Sinceramente,
Pacificación
Nacional Definitiva
por
una Nueva Década en Paz y para Siempre
DE
HÉROES E INGRATITUDES
por José Luis Milia •
febrero 14, 2015
Las actividades que
los elementos subversivos desarrollan en la Provincia de Tucumán y la necesidad
de adoptar medidas adecuadas para su erradicación:
LA
PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA, en acuerdo General de Ministros,
DECRETA:
ARTICULO 1º El
Comando general del Ejército procederá a ejecutar las operaciones militares que
sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los
elementos subversivos que actúan en la Provincia de Tucumán
María
Estela Martínez de Perón
El decreto 261/75 del
cual se muestran en el epígrafe los considerandos y el artículo 1º, firmado en
acuerdo de ministros por la presidente constitucional de la República solo
tenía como objetivo poner en el papel la
virtual declaración de guerra que el presidente constitucional Tte. Gral. Juan
Domingo Perón les manifestara a las organizaciones terroristas como
consecuencia del ataque a la Guarnición de Azul.
Decía
Perón: “Teniendo
en nuestras manos las grandes banderas o causas que hasta el 25 de mayo de 1973
pudieron esgrimir, la decisión soberana de las grandes mayorías nacionales de
protagonizar una revolución en paz y el repudio unánime de la ciudadanía, harán
que el reducido número de psicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno
para el bien de la República.”
A
fines de 1974 la violencia política había llegado a tal extremo que nadie
dudaba que se estaba viviendo una guerra civil en potencia.
Era un hecho que el
ERP operaba en el monte tucumano desde antes de 1974 imponiendo leyes y castigos,
entre ellos el fusilamiento de pobladores que habían denunciado el accionar de
la guerrilla, con una organización y armamento que la policía tucumana no
podían ni siquiera pensar entrar en los pueblos ocupados.
El ERP se había
preparado para llevar adelante este experimento de “foquismo” -la teoría guerrillera desarrollado por quien inspiraba
a los ideólogos del ERP, el “Che”
Guevara- en la convicción que, primero, los peones rurales se les iban a plegar
en masa y segundo que los oficiales del Ejército Argentino no entrarían en el
monte, que mandarían a cabos y “colimbas”
como carne de cañón.
La presidente de la Nación junto al Comandante del Operativo Independencia Grl Br Adel Vilas |
Ante esta situación y
pese al miedo que el costo político a pagar fuera demasiado alto la presidente
ordenó la que se implementara la Operación
Independencia. No hubo ningún tipo de oposición política a esta decisión,
Al menos entre los partidos que no eran de izquierda.
Nueve días después
del inicio de la Operación, en la media tarde del 14 de febrero de 1975, hace ya cuarenta años, en la orilla sur del Río Pueblo Viejo, el equipo de combate del Grupo de Artillería
de Montaña 5 al mando de entonces Capitán
Juan Carlos Jones Tamayo, fue emboscado por elementos de la compañía de monte “Ramón Rosa Giménez”, unidad guerrillera perfectamente
entrenada en combate de monte y dotada de moderno armamento.
Tte. 1º Héctor Cáceres |
El combate duró hasta
entrada la noche cuando el Equipo de Combate del GAM 5 superó la emboscada y
puso en fuga a los atacantes causándole bajas importantes. No fue gratis el
enfrentamiento, en pleno combate cayó
abatido el entonces Tte. 1º Héctor Cáceres cuando trataba de auxiliar al Tte. Richter herido de gravedad en la
espalda, herida que lo dejó en silla de ruedas de por vida. También fueron
heridos de gravedad el Subteniente Arias
y el cabo 1º Orellana. Más allá del
valor que el Equipo de Combate del GAM 5
puso en juego en el combate cabe
destacar el heroísmo de los pilotos de los helicópteros que, pese al fuego
de ametralladora y cohetes, aterrizaron para evacuar a los heridos.
Ningún
soldado conscripto fue herido de bala, a lo sumo las
heridas que presentaban eran rasguños por arrastrarse en el monte buscando una
mejor posición para combatir o quemaduras en las manos por aferrar un fusil que
disparó hasta la terminación del combate y la premisa con que se manejaban los
ideólogos de la guerrilla sobre el coraje de los oficiales argentinos fue una
dolorosa falacia que sufrieron en carne propia, ¡los oficiales entraron al monte!
Era
esta la respuesta que el Ejército daba a la sociedad que, harta ya de bombas,
secuestros y asesinatos, no cesaba de preguntar:
¿qué esperan los militares para hacer algo?; pregunta que se repetía, hasta el
cansancio, en todos los estratos de la sociedad.
Este, el combate del Río Pueblo Viejo, fue el
primero de una serie de enfrentamientos que terminó, como mandaba el decreto
presidencial, con la aniquilación de la compañía de monte subversiva y sus
enlaces logísticos y de apoyo urbano. Esto
sucedió hace cuarenta años.
Hoy que ya no son
asesinados o secuestrados por causas políticas, ciudadanos comunes, dirigentes
políticos, sindicales o empresarios, y que al
menos ya no existe el miedo a la bomba a la vuelta de cualquier esquina,
hoy que vivimos en democracia, deberíamos
tener el coraje de saber que jamás la hubiésemos tenido si en el monte tucumano
se hubiera impuesto la guerrilla que pensaba para todos nosotros un destino de
lacayos, y deberíamos ser lo suficientemente valientes como para gritarlo a
lo largo y a lo ancho del país, pero
quizás eso es pedirle demasiado a una sociedad de borregos que sólo reacciona
por un dolor de bolsillo.
Por eso, habiendo
pasado ya cuarenta años, aunque nos doliera el alma por el abandono que hicimos
de ellos deberíamos pensar al menos un minuto en aquellos Oficiales que
combatieron en Río Pueblo Viejo como espejo y símbolo de todos los que
arriesgaron vida y alma en la lucha contra la subversión.
De
los siete Oficiales que intervinieron inicialmente en el combate, uno, el
Capitán (PM) Cáceres, murió. Dos de ellos, Richter y Arias arrastran las
secuelas de las graves heridas recibidas y los cuatro restantes se encuentran
prisioneros de manera inconstitucional por haber cumplido la orden presidencial
de defender a la Patria. Ellos, los hoy Coroneles Bidone
y Jones Tamayo y los Tte. Coroneles Marengo y Martinez Segón, eran en 1975
Mayor, Capitán, Teniente 1º y Subteniente respectivamente.
Este
es el destino de la mayoría de los que cumplieron la orden de la entonces
Comandante en jefe de las F.F.A.A., la presidente Perón.
No preguntaron causas, simplemente cumplieron y hoy pueblan las mazmorras
federales con la certidumbre que, aún sabiendo que ese será su destino -aunque
la sociedad por la que lucharon contemple vergonzosamente callada los vejamenes
a los que son sometidos- si la Patria los llamara volverían a combatir como
combatieron.
Porque no son otra
cosa Soldados. Y un Soldado, al igual
que un sacerdote, es in aeternum.
14
de febrero de 2015. Cuadragésimo aniversario del combate de Río Pueblo Viejo.
José
Luis Milia
NOTA:
Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!