sábado, 12 de mayo de 2012

El Zorro en el Gallinero - Fábula


Un muy apreciado amigo y frecuente columnista de nuestro blog, nos hizo llegar su artículo, al leerlo nos vino a la mente la siguiente fábula:

Un granjero construyó un gallinero y lo llenó de gallinas. Esperó a ver si aparecía algún perro para que cuidara del gallinero, pero sólo aparecieron un par de zorros. Ante la imperiosa necesidad de tener vigilado el gallinero y puesto que no se presentaban más candidatos para el puesto, escogió al zorro que tenía mejor aspecto.


El granjero metió al zorro en el gallinero y no volvió hasta el día siguiente, encontrándose que el zorro había matado 3 gallinas, de las 50 que tenía. Echó al zorro y metió al otro, que esperaba fuera su oportunidad. Al día siguiente, cuando el granjero volvió, se encontró que el zorro había matado a dos gallinas (una menos que el anterior) y pensó que era preferible este zorro, que mató menos gallinas que el otro, a perder todas las gallinas si el gallinero se quedaba sin vigilancia.


Pasó un día más y al volver el granjero, se encontró que el zorro había matado 4 gallinas, una más que las que mató el primero, así que decidió volver a meter al primer zorro, pensando que le sería menos perjudicial.
La historia continuó más o menos igual hasta que el granjero se quedó sin gallinas y los zorros engordaron y se retiraron a descansar después del festín que se habían dado.

EJERCICIO DE COMPRENSIÓN LITERARIA:
A continuación, y teniendo en cuenta el panorama de la justicia actual, les pedimos que hagan el ejercicio fácil de relacionar los siguientes personajes  del texto anterior con su equivalente del artículo de Juan Manuel Otero,  que les venga a la mente en forma espontánea y como única respuesta. Si lo desean nos envían el resultado, seguro que habrá una amplia mayoría de coincidencias correctas.
1.   El Granjero es:
2.   El primer zorro es:
3.   El segundo zorro es:
4.   El Gallinero es:
5.   Las Gallinas son:

Reposo para todas y todos


mayo 11, 2012
By Juan Manuel Otero

Convulsionada se encuentra la City en momentos en que el Senado debe confirmar pliegos de candidatos a ocupar la Procuraduría General de la Nación a raíz de la renuncia presentada por el Dr. Esteban Righi.


Es que no se trata de llenar cualquier cargo, tampoco de reemplazar cualquier funcionario.

Respecto del cargo de Procurador General y sus funciones, nos orienta la Ley 24946, y en especial dos de sus artículos:

Artículo 1 – El Ministerio Público es un órgano independiente, con autonomía funcional y autarquía financiera, que tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad y de los intereses generales de la sociedad. Ejerce sus funciones con unidad de actuación e independencia, en coordinación con las demás autoridades de la República, pero sin sujeción a instrucciones o directivas emanadas de órganos ajenos a su estructura.

Artículo 8 – Los magistrados del Ministerio Público al tomar posesión de sus cargos, deberán prestar juramento de desempeñarlos bien y legalmente, y de cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional y las leyes de la República.
De esto se deduce que el Procurador General de la Nación:

A) Ejerce sus funciones en forma independiente del Poder Ejecutivo y el Legislativo;

B) Debe velar por la defensa de la legalidad y los intereses de la sociedad, sin sujeción a instrucciones o directivas emanadas de órganos ajenos a su estructura;

C) Debe cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional y las leyes de la República Argentina.

Y respecto a la persona del funcionario que se debe reemplazar, se trata nada menos que del Dr. Don Esteban Righi de quien podemos decir que es el mismo que, cuatro décadas atrás, acompañó al Dr. Cámpora en sus tristes 49 días de mandato. Es el mismo que a horas de haber jurado honrar el cargo de Ministro del Interior y con la Constitución, se dirigió al penal de Devoto y liberó a todos los terroristas que habían sido condenados en juicios justos, con pruebas contundentes y respeto de sus derechos de defensa. Esta lamentable decisión motivó la guerra desatada entre los mismos terroristas alegremente liberados por Righi, alzados en armas contra el gobierno constitucional del General Perón, y las Fuerzas Armadas a quienes el Presidente de la Nación ordenara la aniquilación de los traidores a la Patria.


Volteretas de la historia, devenido en Procurador General de la Nación, Righi es el mismo que prohibió a sus subalternos, los fiscales, impulsar juicio alguno contra los terroristas, descargando, a contrario sensu, todo su odio contra los militares que evitaron a la Patria el cambio de la celeste y blanca por la Roja de la hoz y el martillo. Esos militares fueron juzgados violando la Constitución, el Tratado de Roma, el básico principio legal de que no existe delito ni pena sin ley previa que lo tipifique. Es el mismo que desde su Estudio Jurídico ofrecía “aceitar Jueces Federales”… Es el mismo que logró que los fiscales cierren los ojos ante funcionarios que otorgaban subsidios a sus propias esposas, ante funcionarios de Economía que escondían paquetes de dólares en sus baños, ante funcionarios que compartían la construcción de casas estafando al erario público a través de Fundaciones corruptas dirigidas por parricidas, es el mismo que ordenó no apelar el sobreseimiento express del Presidente Kirchner por enriquecimiento ilícito, es el mismo que aceptó que la sobrina del Presidente ejerciera la fiscalía en la causa por corrupción en la compra y venta de terrenos fiscales del Calafate, operaciones realizadas por sus familiares y por ELLA MISMA!!!…

Es el mismo funcionario que, en los ocho años en que ocupó el cargo, no sólo violó la Constitución Nacional, también violó el Tratado de Roma, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el principio jurídico de igualdad ante la ley y la norma legal que le obliga a actuar “sin sujeción a instrucciones o directivas emanadas de órganos ajenos a su estructura”.

La tarea de encontrar un reemplazante de sus quilates seguramente reducirá los doce trabajos de Hércules a un simple trámite administrativo.
De ahí mi convicción de que el Dr. Reposo reúne los requisitos indispensables para sentarse en el sillón que dejó vacante el Dr. Righi.

Veamos. Le sobra coraje, lo demostró cuando provisto de guantes de box y acompañado por el inefable Secretario Moreno y un par de culatas compartió la reunión celebrada con directivos de Papel Prensa compartiendo con el mayor entusiasmo el patotero apriete que se le hiciera a dichos directivos. También le sobra obediencia, lo demostró en el mismo cónclave, cuando su jefe afirmara que “De acá no entra ni sale nadie. Bajemos la luz”; de inmediato Reposo la bajó sin hesitar.


Es íntimo amigo del Vicepresidente de la Nación y su banda, lo cual lo habilita para contribuir a su salvataje en las varias causas por corrupción que lo tienen arrinconado.

Además, cuando su nombre se mencionó para ocupar el cargo de Procurador General de la Nación, ni lerdo ni perezoso hizo llegar su currículum con seis o siete falsedades. (¿Quién no exageró su C. V. al presentarlo en busca de trabajo? ¿Quién no simuló ser abogado alguna vez en su vida?)

Detectadas las mismas, se apresuró a excusarse asegurando que se trataba de un error de tipeo. Resulta que juró haber sido disertante en un acto en la ESMA habiendo compartido el estrado con el Secretario General de la ONU Sr. Ban Ki Moon. Ese acto no sólo no existió, sino que la disertación dada por el citado funcionario de la ONU como único orador se había desarrollado en la Cancillería. Asimismo consignó siete conferencias en las que el pretenso candidato aseguraba haber disertado y que averiguaciones posteriores demostraron su falsedad.
Asegurar que se trató de un inocente “error de tipeo” resulta un sapo difícil de tragar. Hace medio siglo las añoradas Academias Pitman me enseñaron que error de tipeo es, por ejemplo, presionar el dedo índice en la letra J cuando la intención era imprimir la H, o escribir cerveza con b larga, suponiendo que no se tratase de un error de ortografía. En cambio la vida me enseñó que si digo que fui disertante en una conferencia internacional y ni siquiera me había subido al estrado, eso es simplemente UNA MENTIRA.


Es por todo ello que repito: Para suplantar al Dr. Righi no hay candidato mejor posicionado que el Dr. Reposo. Tiene las mismas características de su antecesor, lo cual sin lugar a dudas favorecería la continuidad institucional de la Procuración General de la Nación.


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