Falleció el señor Capitán de Fragata (R.E.) Don Hugo
Armando FRONTROTH (5-5-2012 Q.E.P.D.) uno de los sobrevivientes al atentado
(idealista) del 15 de diciembre de 1976, a cargo del pelotón de combate “Norma
Esther Arrostito” del Ejército Montonero (bomba en microcine de la
Subsecretaría de Planeamiento del Ministerio de Defensa) (14 fallecidos
–incluye una mujer– , 30 heridos). Rogamos un oración por el eterno descanso de su alma en la casa del padre.
Atentado
en la Subsecretaría de planeamiento del Ministerio de Defensa
Este atentado se realizó el 15 de Diciembre de
1976 a las 19:15 horas en el microcine de la Subsecretaría de Planeamiento del
Ministerio de Defensa, ubicado en el tercer piso del edificio que ocupaba en
calle Bartolomé Mitre al 1462, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires.
En esa oportunidad se
realizaba allí una reunión de trabajo y en momentos de producirse la explosión
estaba colmada su capacidad; los participantes eran funcionarios militares,
diplomáticos y civiles, entre los que había hombres y mujeres.
Fue ejecutado por la organización terrorista
Montoneros utilizando un artefacto explosivo de alto poder del tipo de “bomba vietnamita”. (Este tipo de
artefacto contiene -además del explosivo- perdigones y trozos de metal que al
producirse la explosión se transforman en proyectiles y aumentan en forma
considerable el número y gravedad de las víctimas).
Esta es una bomba "racimo"... la "vietnamita" es similar pero casera
El artefacto
explosivo fue colocado por un miembro de Montoneros -el sociólogo José Luis de Dios- empleado como asesor de esa
Subsecretaría y con más de 10 años de antigüedad en el cargo.
El procedimiento fue
dejar en el centro del salón su maletín con la bomba activada y retirarse del
lugar para “concurrir al baño”,
dándose a la fuga en forma inmediata.
Como consecuencia del
atentado murieron 14 personas y resultaron heridas de distinta gravedad 30 de
los presentes. Además, recibieron heridas otras personas que transitaban
próximo al lugar.
Los muertos por la
explosión fueron: el coronel Andrés
Fernández Cendoya, el coronel
Alberto E. Mutto y el mayor Leonidas
Ziehl (del Ejército); el vicecomodoro
( R ) Reinaldo Gouarderes y el mayor
Alberto Luchessi (de la Fuerza Aérea); el
capitán de corbeta ( R ) Julio Esquivel y el capitán de corbeta ( R ) Oscar
Poggi (de la Armada); la Sra.
Januaría M. de Amorío Cardozo y los señores
Augusto Páez Torres, César E. Alvoni,
Luis A Macagno, Osvaldo M. Tavares , Enrique
Peme y Augusto Rubén Torres.
El lugar quedó
totalmente destruido y la onda explosiva causó daños en locales vecinos, en el
piso inferior y en edificios linderos.
La publicación clandestina de Montoneros “Evita Montonera Nro 15” de febrero de
1977 en su página 27 decía que el
atentado lo había cometido el Pelotón de Combate “Norma Arrostito” del ejército montonero, argumentando con
falsedades el objetivo elegido, ya que allí no se efectuaba ningún tipo de
planificación relacionada con la guerra contra el terrorismo subversivo.
En realidad, el
atentado se efectuó en ese lugar, por trabajar allí un miembro de la
organización y tener éste la posibilidad de ejecutarlo sin mayores
complicaciones y sin importarle la vida de sus compañeros de trabajo con los
que había compartido 10 años de su vida. ( los terroristas llaman a esta
actitud aleve “Moral revolucionaria”) y no, por las causas expresadas por la
organización, que eran falsas.
Juan
Luis de Dios, en septiembre de 1977, mientras se desempeñaba como
Secretario de Prensa y Propaganda de la Columna 19 (Norte) fue abatido en un
enfrentamiento.
Sin adherir ideológicamente con éste blog, quiero simplemente decir que mi abuelo fué un excelente ser humano y con un gran corazón.
ResponderBorrarSomos muy afortunados los que tuvimos la suerte de conocerlo y ser aconsejados por él.
Muchas gracias
Martín Frontroth
Sin adherir ideológicamente con éste blog, quiero simplemente decir que mi abuelo fué un excelente ser humano y con un gran corazón.
ResponderBorrarSomos muy afortunados los que tuvimos la suerte de conocerlo y ser aconsejados por él.
Muchas gracias
Martín Frontroth