viernes, 11 de mayo de 2012


Es bien conocido que el objetivo de los terroristas en Latino América siempre fue la toma del poder en forma violenta para imponer un gobierno de neto corte marxista-comunista-socialista, para alcanzarlo primero debían destruir a las Fuerzas Armadas y dejar inerme a la Nación.


Se ha dado el caso que algunos ex miembros de esas organizaciones violentas llegaron al poder a través de elecciones democráticas… pero ya una vez instalados como poder de turno no olvidaron su viejo objetivo de destrucción y venganza de las Fuerzas Armadas. Entre muchos otros modos de acción para destruir a las Fuerzas Armadas de la Nación se recurrió a: desmantelar y desarmar a las Fuerzas Armadas, no tener una Política de Defensa Nacional, juzgar la Guerra Contrarrevolucionaria de los ’70 con un derecho confeccionado a medida de sus caprichos y alejado del derecho internacional en la materia, fractura generacional entre el personal en actividad y los retirados, pasar a retiro obligatorio a todo aquel que portara un apellido ligado al pasado, pasar a retiro obligatorio a todo militar que no controlara a su esposa, discriminar todo lo relacionado con el ser militar, escarnio a todas  las Fuerzas Armadas y de Seguridad, por todos los medios bajar la moral del personal militar, etc., etc., etc.


El caso que hoy nos ocupa es el menor de los males, porque los militares han sido educados en las virtudes del honor, la disciplina, el valor, la honradez, la lealtad, el espíritu de cuerpo, el patriotismo, la justicia, la prudencia, la integridad, la fe, el carácter, la templanza, el sacrificio y la austeridad. 

El poder de turno a manejado el presupuesto de defensa para dejar inerme a la Nación… redujo a sumisión a una profesión honorable y la maneja a voluntad mediante las prebendas y el sueldo. Nadie puede mantener la moral alta si no es compensado económicamente de acuerdo a la ley, si un soldado no puede mantener y atender a su familia en forma digna, es difícil pedirle más sacrificios.


Malestar, tensión militar por salarios, percepción de abandono y resentimientos
mayo 11, 2012
By Rodolfo Patricio Florido


Ninguna preocupación institucional republicana debe aquí considerar el lector. El estado deliberativo que se está constituyendo hacia el interior de las unidades de las FFAA y en el ámbito de su personal retirado, tiene más carácter interno, en tanto sienten que sus conducciones profesionales y políticas no se han ni preocupado ni ocupado por la reducción de salarios (40%) que dispuso un fallo dela Suprema Corte de Justicia de la Nación (contrario a su propio fallo anterior) y que afectará a distintos sectores de la matriz salarial tanto hacia el personal militar en actividad como así también el que está en condición de retiro.


Lo cierto es que la diferencia entre lo que cobra un personal militar en actividad y uno de igual jerarquía cuando pasa a situación de retiro, es abismal. A modo de ejemplo: Un General de División en activad cobra del orden de los 22 mil pesos y cuanto pasa a situación de retiro su haber se reduce en 14 mil pesos, pasando a cobrar 8 mil. Un Capitán de Fragata cobra aproximadamente 12 mil pesos y cuando pasa a situación de retiro su salario se reduce en 7200 pesos y pasa a cobrar 4800 pesos de bolsillo.

Tradicionalmente el personal militar no tuvo nunca grandes salarios acorde a sus responsabilidades, pases permanentes, movilidad y exigencias de dedicación exclusiva, pero esto se compensaba con un retiro que inicialmente alcanzaba casi la totalidad de lo que cobraba en actividad, ya que los retirados seguían aportando a su Caja de Jubilaciones o sea el IAF.

El desfasaje producto de sumas no remunerativas, más la percepción de que al personal militar se lo castiga por el pasado de sus antecesores, sumado a lo que algunos llaman “salario domesticador”, que significa no desarrollar ningún tipo de reclamo so pena de ser pasado prematuramente a retiro y ver así disminuidos sus ingresos familiares, fue creando calladas diferencias hacia el interior de las unidades respecto a sus Generales, Almirantes y Brigadieres. En los intersticios de algunas unidades una frase se repite… “no nos defienden porque ni ellos ni sus esposas quieren perder el auto con chofer, la casa oficial, los gastos cubiertos, los viáticos de sus viajes, algunos negocios y sus triplicados salarios”.

Conflicto hacia el interior del Gobierno

Si bien la información ya había tomado cuerpo hace dos semanas en diferentes páginas Web, especialmente aquellas relacionadas con sectores internos de las FFAA, muchos medios nacionales, evitaron tratar el tema, hasta que trascendió que la crisis había llegado al Poder Ejecutivo cuando el Secretario de Seguridad, Teniente Coronel (RE) Sergio Berni presentó su renuncia al cargo en confrontación con la Ministro de Seguridad Nilda Garré. La Presidente habría rechazado la renuncia -la que no fue presentada con carácter indeclinable- y el tema quedó expuesto.


Lo cierto es que la ministro de Seguridad, Nilda Garré, ordenó a través de una resolución hacer efectivo este fallo dela Corte, decisión que terminó de quebrar su relación con Sergio Berni. “Así es imposible trabajar en tranquilidad con las fuerzas de Seguridad”, citala Weblapolíticaonline, habría gritado el secretario de Seguridad en los pasillos del sexto piso del Edificio Centinela dela Gendarmería, donde tiene su oficina.

Furioso, Berni hizo llegar su renuncia a la Presidente. El mensaje que envío a la Casa Rosada es que nadie podrá conducir a las fuerzas de seguridad, si se acatan estos fallos que recortan sus haberes. Cristina no aceptó su dimisión, pero aún no se sabe cómo avanzará esta interna en el ministerio. La tensión está en su máximo nivel.

La naturaleza del problema

A partir de un fallo dela Corte Suprema, el personal militar y de las fuerzas de seguridad podría tener que devolver parte de los aumentos salariales cobrados en los últimos siete años, al disponer el tribunal que se modifique el cálculo de las actualizaciones de los haberes en el ámbito castrense.

La resolución judicial, que afecta principalmente a los oficiales y suboficiales retirados, no fue todavía aplicada, pero ya comenzó a generar malestar e incertidumbre.

Desde 2005, los aumentos otorgados al personal de las Fuerzas Armadas y de seguridad se aplicaron como “suplementos no remunerativos ni bonificables”, a través de distintos plus por vivienda, vestimenta y estudio, entre otros conceptos, que no se computan en el cálculo de los haberes del personal retirado. O sea, un ardid remunerativo como en tantas otras áreas para reducir las condiciones de jubilación y / o en estos casos, de retiro. El tema es que ahora, el fallo judicial, afectará también a los sectores en actividad

Fuentes castrenses revelaron que esos suplementos no remunerativos constituyen hoy casi el 70% del sueldo de los 73.000 militares en actividad, lo que amplía la distancia salarial respecto del personal retirado (unos 50.000), cuyos haberes representan el 38% de los que están en servicio.

Ello provocó en los últimos años una avalancha de juicios, por parte de militares y oficiales de seguridad que lograron medidas cautelares favorables para que se les reconozcan los conceptos no abonados. “Los amparos y las recomposiciones salariales dispuestas en sede judicial produjeron un desequilibrio gigantesco en la escala de remuneraciones, con oficiales que multiplicaron sus haberes en forma desproporcionada”, explicó al diario La Nación un vocero de la ministro de Seguridad, Nilda Garré, que recurrió a la Corte “para evitar que siguieran extendiéndose las medidas cautelares sin resolver la cuestión de fondo”.

Ahora, al pronunciarse en el caso Zanotti, la Corte dispuso que los aumentos “deben calcularse no sobre el sueldo bruto, sino sobre el haber mensual”, que no incluye ni adicionales ni antigüedad. Y afirmó que no corresponde aplicar el cálculo sobre el aumento acumulado de cada año, sino sobre el sueldo de 2005, para “evitar una indebida repotenciación de los aumentos otorgados”. El tribunal revirtió, de ese modo, un criterio que la propia Corte había establecido en marzo de 2011, en la causa Salas. O sea, la Corte Suprema de Justicia contradijo, desdijo o modifico, según se quiera entender, su propio fallo anterior.

Cerca de Garré celebraron el fallo y revelaron que muchos agentes y oficiales “van a tener que devolver parte de los aumentos que habían recibido”.

Fuente: El Informador Público http://site.informadorpublico.com/?p=10993


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