Es bien conocido que el objetivo de los terroristas en
Latino América siempre fue la toma del poder en forma violenta para imponer un
gobierno de neto corte marxista-comunista-socialista, para alcanzarlo primero
debían destruir a las Fuerzas Armadas y dejar inerme a la Nación.
Se ha dado el caso que algunos ex miembros de esas
organizaciones violentas llegaron al poder a través de elecciones democráticas…
pero ya una vez instalados como poder de turno no olvidaron su viejo objetivo
de destrucción y venganza de las Fuerzas Armadas. Entre muchos otros modos de
acción para destruir a las Fuerzas Armadas de la Nación se recurrió a:
desmantelar y desarmar a las Fuerzas Armadas, no tener una Política de Defensa
Nacional, juzgar la Guerra Contrarrevolucionaria de los ’70 con un derecho
confeccionado a medida de sus caprichos y alejado del derecho internacional en
la materia, fractura generacional entre el personal en actividad y los
retirados, pasar a retiro obligatorio a todo aquel que portara un apellido ligado
al pasado, pasar a retiro obligatorio a todo militar que no controlara a su
esposa, discriminar todo lo relacionado con el ser militar, escarnio a
todas las Fuerzas Armadas y de
Seguridad, por todos los medios bajar la moral del personal militar, etc.,
etc., etc.
El caso que hoy nos ocupa es el menor de los males, porque
los militares han sido educados en las virtudes del honor, la disciplina, el
valor, la honradez, la lealtad, el espíritu de cuerpo, el patriotismo, la
justicia, la prudencia, la integridad, la fe, el carácter, la templanza, el sacrificio y la
austeridad.
El poder de turno a manejado el presupuesto de defensa para dejar
inerme a la Nación… redujo a sumisión a
una profesión honorable y la maneja a voluntad mediante las prebendas y el
sueldo. Nadie puede mantener la moral alta si no es compensado económicamente
de acuerdo a la ley, si un soldado no puede mantener y atender a su familia en
forma digna, es difícil pedirle más sacrificios.
Malestar, tensión militar por salarios,
percepción de abandono y resentimientos
mayo 11, 2012
By Rodolfo Patricio Florido
Ninguna preocupación institucional republicana debe aquí
considerar el lector. El estado deliberativo que se está constituyendo hacia el
interior de las unidades de las FFAA y en el ámbito de su personal retirado,
tiene más carácter interno, en tanto sienten que sus conducciones profesionales
y políticas no se han ni preocupado ni ocupado por la reducción de salarios
(40%) que dispuso un fallo dela Suprema
Corte de Justicia de la Nación (contrario a su propio fallo anterior) y que
afectará a distintos sectores de la matriz salarial tanto hacia el personal
militar en actividad como así también el que está en condición de retiro.
Lo cierto es que la diferencia entre lo que cobra un
personal militar en actividad y uno de igual jerarquía cuando pasa a situación
de retiro, es abismal. A modo de ejemplo: Un General de División en activad
cobra del orden de los 22 mil pesos y cuanto pasa a situación de retiro su
haber se reduce en 14 mil pesos, pasando a cobrar 8 mil. Un Capitán de Fragata
cobra aproximadamente 12 mil pesos y cuando pasa a situación de retiro su
salario se reduce en 7200 pesos y pasa a cobrar 4800 pesos de bolsillo.
Tradicionalmente el personal militar no
tuvo nunca grandes salarios acorde a sus responsabilidades, pases permanentes,
movilidad y exigencias de dedicación exclusiva, pero esto se compensaba con un
retiro que inicialmente alcanzaba casi la totalidad de lo que cobraba en
actividad, ya que los retirados seguían aportando a su Caja de Jubilaciones o
sea el IAF.
El desfasaje producto de sumas no remunerativas, más la
percepción de que al personal militar se lo castiga por el pasado de sus
antecesores, sumado a lo que algunos llaman “salario
domesticador”, que significa no desarrollar ningún tipo de reclamo so pena
de ser pasado prematuramente a retiro y ver así disminuidos sus ingresos
familiares, fue creando calladas diferencias hacia el interior de las unidades
respecto a sus Generales, Almirantes y Brigadieres. En los intersticios de
algunas unidades una frase se repite… “no
nos defienden porque ni ellos ni sus esposas quieren perder el auto con chofer,
la casa oficial, los gastos cubiertos, los viáticos de sus viajes, algunos
negocios y sus triplicados salarios”.
Conflicto hacia el interior del Gobierno
Si bien la información ya había tomado cuerpo hace dos
semanas en diferentes páginas Web, especialmente aquellas relacionadas con
sectores internos de las FFAA, muchos medios nacionales, evitaron tratar el
tema, hasta que trascendió que la crisis había llegado al Poder Ejecutivo
cuando el Secretario de Seguridad, Teniente Coronel (RE) Sergio Berni
presentó su renuncia al cargo en confrontación con la Ministro de Seguridad Nilda Garré. La Presidente habría rechazado la renuncia -la que no fue presentada
con carácter indeclinable- y el tema quedó expuesto.
Lo cierto es que la ministro
de Seguridad, Nilda Garré,
ordenó a través de una resolución hacer efectivo este fallo dela Corte,
decisión que terminó de quebrar su relación con Sergio Berni. “Así es
imposible trabajar en tranquilidad con las fuerzas de Seguridad”, citala Weblapolíticaonline, habría gritado el
secretario de Seguridad en los pasillos del sexto piso del Edificio Centinela
dela Gendarmería, donde tiene su oficina.
Furioso, Berni
hizo llegar su renuncia a la Presidente.
El mensaje que envío a la Casa Rosada es que nadie podrá conducir a las fuerzas
de seguridad, si se acatan estos fallos que recortan sus haberes. Cristina no aceptó su dimisión, pero
aún no se sabe cómo avanzará esta interna en el ministerio. La tensión está en
su máximo nivel.
La naturaleza del problema
A partir de un fallo dela Corte Suprema, el personal militar y de las fuerzas de seguridad
podría tener que devolver parte de los aumentos salariales cobrados en los
últimos siete años, al disponer el tribunal que se modifique el cálculo de las
actualizaciones de los haberes en el ámbito castrense.
La resolución judicial, que afecta principalmente a los
oficiales y suboficiales retirados, no fue todavía aplicada, pero ya comenzó a
generar malestar e incertidumbre.
Desde 2005, los aumentos otorgados al personal de las
Fuerzas Armadas y de seguridad se aplicaron como “suplementos no remunerativos ni bonificables”, a través de
distintos plus por vivienda, vestimenta y estudio, entre otros conceptos, que
no se computan en el cálculo de los haberes del personal retirado. O sea, un
ardid remunerativo como en tantas otras áreas para reducir las condiciones de
jubilación y / o en estos casos, de retiro. El tema es que ahora, el fallo
judicial, afectará también a los sectores en actividad
Fuentes castrenses revelaron que esos suplementos no
remunerativos constituyen hoy casi el 70% del sueldo de los 73.000 militares en
actividad, lo que amplía la distancia salarial respecto del personal retirado
(unos 50.000), cuyos haberes representan el 38% de los que están en servicio.
Ello provocó en los últimos años una avalancha de
juicios, por parte de militares y oficiales de seguridad que lograron medidas
cautelares favorables para que se les reconozcan los conceptos no abonados. “Los amparos y las recomposiciones
salariales dispuestas en sede judicial produjeron un desequilibrio gigantesco
en la escala de remuneraciones, con oficiales que multiplicaron sus haberes en
forma desproporcionada”, explicó al diario La Nación un vocero de la ministro de Seguridad, Nilda Garré,
que recurrió a la Corte “para evitar que
siguieran extendiéndose las medidas cautelares sin resolver la cuestión de
fondo”.
Ahora, al pronunciarse en el caso Zanotti, la Corte dispuso
que los aumentos “deben calcularse no
sobre el sueldo bruto, sino sobre el haber mensual”, que no incluye ni
adicionales ni antigüedad. Y afirmó que no corresponde aplicar el cálculo sobre
el aumento acumulado de cada año, sino sobre el sueldo de 2005, para “evitar una indebida repotenciación de los
aumentos otorgados”. El tribunal revirtió, de ese modo, un criterio que la
propia Corte había establecido en
marzo de 2011, en la causa Salas. O
sea, la Corte Suprema de Justicia
contradijo, desdijo o modifico, según se quiera entender, su propio fallo
anterior.
Cerca de Garré
celebraron el fallo y revelaron que muchos agentes y oficiales “van a tener que devolver parte de los aumentos
que habían recibido”.
Fuente: El Informador Público http://site.informadorpublico.com/?p=10993
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