Queridos amigos:
En el ámbito de la física cuántica existe la hipótesis de la existencia
de universos paralelos, entendiendo por tal a
la coexistencia de universos y realidades independientes, en forma
simultánea, en distintas dimensiones. Nuestra inteligencia y nuestra
imaginación rechazarían estas aventuradas
hipótesis si detrás de ellas no
estuvieran reputados científicos y poderosos desarrollos matemáticos. Más cerca
de nuestra percepción, en un mundo nominalmente globalizado, conviven países
con gran desarrollo social, económico y tecnológico con Estados casi tribales,
cerrados por la acción de dictadores o extremismos religiosos y con sociedades
innecesariamente sometidas a la pobreza colectiva por la adopción de sistemas
ineficaces o el predominio de élites dominantes corruptas.
Mucho más cerca aún, en una misma
nación, un mismo territorio y una misma ciudad, las distintas realidades
sociales que van de la opulencia de Puerto Madero a la marginalidad de las
villas y los asentamientos de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, nos
hablan de la necesidad de una integración efectiva, obtenida por el ascenso
social que brindan la educación, la capacitación laboral, el acceso a trabajos
dignos y la adopción de las normas de convivencia propias de una sociedad
organizada.
Sin embargo, los universos sociales no son los únicos que pueblan nuestra realidad. Existe en la Argentina, por ejemplo, un universo habitado por los miembros del gobierno en el que todo está muy bien, la inflación es moderada y no hace falta esconder los fracasos porque no los hay, según afirmó en el Senado de la Nación el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. En ese universo no falta el trigo como está sucediendo en los molinos cordobeses, el aumento del 22 por ciento en los robos con armas reflejan una estadística poco significativa, el 73 por ciento de deserción universitaria es un dato menor, el 20 por ciento de desocupación juvenil no inquieta y el congelamiento de precios funciona a pleno aunque nadie consigue encontrar los productos básicos fuera de los avisos de la propaganda oficial.
Otros universos en que se vive
con realidades singulares son el judicial y el político. En el primero los
abogados y los jueces enfrentan la
reforma judicial del gobierno a golpes de cautelares y amparos. Cada día llegan
nuevos recursos en contra de la reciente Ley que modifica la conformación, los procedimientos y la
forma de elección del Consejo de la
Magistratura. La Corte Suprema espera su turno para dar la opinión definitiva y
el gobierno para oponerse al fallo que derogará la elección popular de jueces y
abogados en el Consejo, ya que todo indica que resultará
anticonstitucional. Pero esta ponderable
diligencia desplegada por la justicia para preservar su existencia independiente,
no tiene el mismo vigor a la hora de perseguir la corrupción rampante que
enturbia con inocultables denuncias el
relato oficial. Recién en la semana que pasó se allanaron las primeras
propiedades del empresario Lázaro Báez y aun no se tomó declaración a los señores Fariña y
Elaskar, cuyas declaraciones conmovieron a la opinión pública hace semanas. Aun
así, estas demoradas situaciones son un modelo de celeridad si se las compara
con la diligencia del Juez Oyarbide para aclarar el escándalo de los fondos
sustraídos en el caso de las casas de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, en
que están involucrados la señora Hebe de Bonafini y los hermanos Schoklender o
el juzgamiento de los responsables de la tragedia del Once que dejó más de 50 muertos y cientos de heridos o la responsabilidad del
vicepresidente Boudou en el caso Ciccone.
El universo político, por su
parte, muestra un aislamiento que lo distancia de la comprensión y el interés
de la ciudadanía, excepto cuando las consecuencias de los hechos que allí se
manejan bajan sus consecuencias a la vida cotidiana. Apenas a tres días de la
fecha de cierre de las Alianzas Transitorias y trece del cierre de listas para las Primarias Abiertas,
Simultáneas y Obligatorias (PASO) toda la actividad política del partido del
Gobierno, el Frente para la Victoria, se reduce a esperar las decisiones de la
señora presidente que designará los candidatos según su voluntad. Esto no parece asombrar ni
incomodar a nadie, tal el grado de denigrante subordinación que impera en ese
espacio político. Cada tanto, la señora presidente acciona algún mecanismo de
presión para quienes aparentemente contrarían cualquier aspecto de su voluntad.
Tal parece ser el origen de las duras críticas que está recibiendo el
gobernador Daniel Scioli, quien en esta semana fue mencionado con citas
bíblicas “a los tibios los vomita Dios” (Diputado Domínguez) o más
coloquialmente fue tratado de “jetón” (Ministro De Vido) término que se aplica
a quien tiene la boca grande. Estos insultos herméticos para los ajenos a las
intrigas del poder podrían obedecer a que el mencionado gobernador no acepta
dejar su cargo y encabezar una lista en la Provincia de Buenos Aires que
le permita a la señora presidente contar
con suficientes diputados como para lograr su reelección, previa reforma de la
Constitución Nacional, o a alguna otra
ofensa de similar tenor.
El problema es que la
consecuencia visible de estas disputas se traduce en “castigos” que afectan a
la Provincia de Buenos Aires, tales como la falta de ayuda financiera del
Estado o los avales para que la provincia se endeude, lo que en el caso de las
paritarias docentes generó doce días de paro en lo que va del año, hasta
la reciente aceptación de la oferta del gobierno
provincial.
Por el lado del universo
opositor, la centro-izquierda ha dado un paso hacia la realidad con los
acuerdos alcanzados en la CABA y la
provincia de Buenos Aires que le darán a las PASO su razón de ser al permitir definir las
candidaturas como se debe, o sea, mediante el voto ciudadano entre los partidos
con ideas afines. Del centro a la centro-derecha las personalidades dominantes
del diputado De Narvaez y el Intendente
Sergio Massa, que pretenden manejar las listas con lapiceras exclusivas,
dificultan los acuerdos en la Provincia de Buenos Aires así como sucede en la
Ciudad Autónoma con la fuerza de
Mauricio Macri. Esto es malo para el funcionamiento democrático pero no tan
grave para la República en la medida que todos los candidatos propuestos
compartan el compromiso de defender las instituciones y oponerse a la reforma
constitucional. Por ahora es todo a lo
que podemos aspirar. Queda la remota esperanza de que un soplo de sensatez
reúna a todos los protagonistas en un frente común, que dirima las candidaturas
con el voto ciudadano y ponga en evidencia que el autoritarismo es solo un
defecto del oficialismo y no un mal que afecta a todo el que se siente ganador.
Existe también un universo, pleno
de dolor e injusticia, al que ni la prensa, ni los hombres de derecho, ni la
opinión pública, quieren mirar. Es el
universo en que habitan los militares y policías acusados por delitos de lesa
humanidad para quienes los valores de la justicia independiente y los derechos humanos parecen no existir. La
comprobación de que Jorge Rafael Videla falleció como consecuencia de fracturas
que no fueron atendidas durante días debería haber servido al menos para poner
a la luz pública los múltiples abusos cometidos contra personas mayores de 70
años que no son atendidas ni cuidadas conforme lo exigen principios elementales
de humanidad, además de las leyes vigentes. ¿Puede acaso pensarse que este
trato inhumano se justifica porque fueron “muy malos” o simplemente tenemos que
admitir que se ejecuta sobre ellos una venganza que nada tiene que ver con la
justicia? En este universo acerca del cual todos callan y nadie ve, se suman
constantemente nuevos blancos según la necesidad del gobierno y la conveniencia
de los acusadores. Algunas personalidades que tienen el poder económico y
social para defenderse, como la señora Ernestina de Noble o el señor Blaquier, logran frenar o
postergar los ataques, pero los viejos soldados, sin otros bienes que sus
modestos retiros y el clamor de sus
familiares y los pocos amigos que no
temen abogar por ellos, solo cuentan con la desinteresada acción de un grupo de
abogados unidos por la justicia y la concordia. Es muy loable pero no
alcanza.
Cada día se suma un nuevo nombre a la lista de los acusados en
una secuencia interminable. Ya no hay siquiera acusaciones concretas sino
simplemente se encierra a los imputados por los destinos en que prestaron
servicios, los cargos que ocupaban o por
la vaga mención a que, “si estuvo allí
no podía ignorar lo que allí pasaba”. Esta persecución, que no tiene paralelo
en la historia mundial, debe terminar cuanto antes porque ya ha excedido
toda vinculación con el estado de
derecho y representa una mancha que quedará indeleble cuando la historia juzgue a quienes la
permitieron y ejecutaron.
Tenemos que lograr que los distintos universos que coexisten en nuestra
patria se junten y se integren en una única realidad para poder habitar en una
verdadera república. No podemos enzarzarnos en un inútil debate acerca de si la
estatua de Colón debe dejar su lugar a la de Juana Azurduy porque eso solo
representa el afán divisionista de quienes pretenden resucitar los conflictos
que los criollos y las sucesivas olas
migratorias solucionaron hace muchas décadas con una integración inclusiva.
Nuestro trabajo desde la política, las aulas, las empresas o los sindicatos, es
construir una Argentina en que todos podamos desarrollar nuestras
potencialidades, adaptada a su tiempo histórico y al mundo en que cohabita.
Deponiendo rencores. Construyendo futuro. Abriendo caminos a un mañana mejor. Y
rechazando vigorosamente a quienes quieren fraccionarnos en múltiples universos
en disputa solo para satisfacer sus ansias de poder perpetuo, vana aspiración
de aquellos que carecen de dignidad y valores ciudadanos.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana
Twitter @NevesJuanCarlos
NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota
original.